Las calles se pintan de morado y eso es gracias a estos majestuosos árboles que abundan en varias partes de la ciudad. Si eres fanático de estos ejemplares, debes conocer estas curiosidades de las jacarandas.

A los chilangos nos encantan porque son como nuestra versión mexa de los árboles de cerezo. Por eso, nunca faltan los que aprovechan para tomarles fotos o los que simplemente se sientan bajo su sombra a admirar sus tonos lilas y violetas.

Foto: Leo Pérez/Chilango

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Curiosidades de las jacarandas en CDMX

  1. La anatomía de las Jacarandas

Pueden medir hasta 20 metros de alto, tienen un tronco torcido y ramificado que da vida a una copa con forma de paraguas.

Sus hojas parecen plumas y sus flores, aunque son pequeñas, llaman la atención de cualquiera por su color y porque crecen en forma de racimos apretados. Estas flores en forma de campana pueden medir hasta 5 centímetros.

Sus frutos también son muy conocidos por todos, ya que tienen forma de castañuelas. Lo más impresionante es que sus semillas son aladas, por lo que les es fácil moverse con el viento.

  1. ¿Qué significa su nombre?

Una de las curiosidades de las jacarandas es su nombre. Para muchos, es sinónimo de primavera o del color morado. Sin embargo, de acuerdo a la Conabio, jacarandá proviene del guaraní y para algunos significa “fragante”, lo que es curioso, pues sus flores no tienen olor. Aunque también puede significar “madera fuerte”.

  1. Una familia de más de 600 especies

Para nosotros, estos árboles son únicos. Pero, ¿sabías que pertenece a la familia de las bignoniáceas? Ese es uno de los datos curiosos de las jacarandas que puedes presumir.

Esa familia se conforma por unas 650 especies de distintos árboles, arbustos, lianas y hasta un par de hierbas. Son ejemplares que abundan en zonas tropicales de Sudamérica.

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Casi todas sus especies se caracterizan por tener flores muy vistosas y con forma de campana. Además de las jacarandas, esta familia tiene otros árboles llamativos como el guayacán amarillo, el tecoma, la bignonia rosada, o el jazmín de Virginia.

  1. Un árbol exótico

¿Creías que este árbol es 100% chilango? Pues tenemos que aclarar el asunto porque en realidad esta especie no es endémica del territorio capitalino. Aunque ha formado parte de nuestro paisaje urbano durante años, la realidad es que es una planta exótica.

Las curiosidades de las jacarandas, aseguran que son árboles que son originarios de las zonas húmedas de la región del Gran Chaco en Bolivia, Argentina Paraguay y Brasil. Tristemente, esa zona actualmente se encuentra en peligro debido a la deforestación.

  1. ¿Cómo llegaron a la CDMX?

En realidad no se sabe con exactitud cómo llegaron estos árboles a la CDMX. Sin embargo, hay tres historias que sugieren su origen.

La más popular se relaciona con el jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto. Tenía como misión hacer lucir los jardines residenciales de la Roma y la Condesa. Como ya había trabajado con estos árboles en Brasil, fue la especie que incluyó en su planeación.

Otra teoría dice que Plutarco Elías Calles viajó a Washington y quedó enamorado de los árboles de cerezo que el gobierno japonés había regalado a aquella ciudad.

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Entonces, le pidió al entonces presidente Pascual Ortiz Rubio que solicitaran el mismo regalo. Sin embargo, por las condiciones climáticas y el tipo de suelo, eso no era posible, así que esa obsesión los llevó a las jacarandas.

La tercera versión dice que todo se lo agradecemos al ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, quien creó los Viveros de Coyoacán. Se dice que él conoció estos árboles en Veracruz y que de ahí los trajo a la CDMX para plantarlas en Paseo de la Reforma, Parque México, la Alameda, las colonias Narvarte y Del Valle, Coyoacán y Mixcoac.

  1. ¿Cómo se adaptaron a tierras chilangas?

Como ya viste en estas curiosidades de las jacarandas, estos árboles son originarios de América del Sur. Sobre todo de climas templados y calurosos.

Y resulta que la CDMX tiene gran parte del año esos climas. Y aunque llegue a hacer frío, no es extremo. Eso fue de gran ayuda para que estos árboles crecieran y se mantuvieran, ya que son sensibles a las heladas, pues inclusive pueden matar a los ejemplares más jóvenes.

Son árboles que necesitan de mucho sol directo, lo cual es otro punto a favor de la ciudad. Además, pueden crecer en diversos tipos de suelo, ya que sus raíces se adaptan a todo.

  1. ¿Una especie invasiva?

Ya vimos que estos árboles se sienten como en casa en nuestra ciudad. Sin embargo, sin los cuidados necesarios, pueden volverse una especie invasora.

Hay casos donde estos ejemplares fueron mal plantados y después de años uno puede ver las consecuencias. Ya sea porque las raíces comienzan a levantar la banqueta o afectar la vía pública.

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Aunque se ven hermosos, no plantes nada más por tus ganas uno de estos árboles en tu jardín o afuera de tu casa. Antes, consulta a los expertos, pues las raíces podrían terminar hasta en tus tuberías.

Además, también son árboles que requieren de una poda constante. Pues si no, las enormes ramas pueden caer y dañar a cualquier transeúnte despistado.

  1. Jacarandas, ¿sinónimo de una vida cara?

Esta es de las curiosidades de las jacarandas que más nos sorprenden. Y es que todos quisiéramos despertar, abrir las cortinas y ver uno de estos árboles en flor desde nuestra ventana.

Eso es muy posible en la CDMX, pues hay un montón de zonas y colonias donde estos árboles abundan. Sin embargo, este estudio de Expansión dice que muchos de esos lugares resultan ser de los más costosos para vivir.

Y no es de sorprender, ya que muchas de esas zonas son Polanco, la Juárez, la Del Valle o la Condesa. Lugares donde otros factores como la ubicación y la cantidad de comercios hacen que el costo de alquiler se vaya a los cielos.

  1. La doble floración

Todos sabemos que la primavera ya llegó a la CDMX cuando estos árboles morados están en flor. Pero con estos datos curiosos de las jacarandas, te explotará la cabeza.

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Solo los chilangos más observadores ya saben que algunos de estos ejemplares tienen una segunda floración a inicios del otoño. La cantidad de flores no es la misma, pues brotan muchos menos racimos.

Además, el tono de las flores tiende a ser un poco más claro. Por lo que pasa inadvertida, a comparación de los brotes en primavera.

  1. Un arma efectiva contra la contaminación

Si necesitas más razones para amar las jacarandas, aquí hay otra. En 2007, un estudio de la Universidad de Sevilla destacó algunos árboles que absorben grandes cantidades de CO2 y que se ubican en las grandes ciudades.

De acuerdo con El País, que retoma ese estudio, la jacaranda es una de las especies que más CO2 absorben. En una calle de 100 metros y con diez de estos árboles, la jacaranda absorbería el CO2 de mil 405 autos al día.

  1. ¿Puedo tener una jacaranda en casa?

Ya mencionamos que para tener una jacaranda hay que tener en cuenta el espacio, pues las grandes raíces y las enormes ramas pueden ser un gran problema.

Pero si estás obsesionado con tener una aquí te va una realidad: solo puedes tenerla en un jardín. Aunque puedes plantar las semillas en una maceta y estas sí germinan, en algún punto es obligatorio pasar la planta al suelo.

Si no lo haces, el árbol no va a desarrollarse y nunca florecerá. Así que mejor confórmate con caminar por las calles y parques de la CDMX para admirar estos árboles.

Si quieres salir a admirar las calles cubiertas de tonos morados, aquí te dejamos una guía para que recorras cinco lugares tapizados de estos jacarandosos árboles.

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