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¿Alguna vez te ha pasado por la cabeza la idea de trabajar de vender tus calzones sucios para hacerte de un dinerito extra? Este es un negocio que lleva a cabo un chilango con el que tuvimos oportunidad de charlar: Bruno Fitch. Licenciado en Diseño Gráfico por formación, este chico de 27 años ha visto en la venta de su ropa interior usada y “preparada” una manera de hacerse llegar un ingreso extra. “Como esta carrera —el diseño— al menos en México no deja para vivir dignamente (risas) completo mis gastos vendiendo chácharas por internet. Vendo de todo, hasta mis calzones usados”, confiesa.

La idea de vender esta ropa usada nació porque siempre ha sido consumidor de contenido sexual y un día se encontró con que alguien más lo hacía. “Hace años por internet vi a un chico de España que vendía ropa usada y la mandaba a todo el mundo. Él las mandaba en bolsas con termo sellado para mantener el olor fresco, y costaba mucho su ropa interior. Me di cuenta que le iba muy bien económicamente, que había todo un mercado ahí”.

“¿Quién me va a comprar mis calzones sucios?

Fue entonces que le nació la idea de hacerlo él mismo: convertir un fetiche propio en una fuente de ingresos. Aunque al no ser un modelo profesional, eso lo frenaba. “Me excitaba mucho la idea de poder hacerlo yo, pero ese muchacho era extremadamente dotado y muy guapo y yo no soy tan guapo, ni extremadamente dotado, (risas). Entonces en ese momento descarté la idea, pues pensé, ‘¿Quién me iba a comprar mis calzones usados?’”.

Pero la inquietud seguía ahí, hasta que vio que no solo en España, sino también en México, algunas chicas lo hacían a través de Marketplace. “Exactamente hace como un año, me di cuenta de que en Facebook hay mujeres que venden fotos y ropa interior usada, pero se anuncian como ‘pack‘ o como ‘caja misteriosa‘ o como ‘donitas glaseadas‘. Estas son palabras clave para que no te bajen la publicación. Y veía que tenían muchas ventas y me dije: ‘seguro hay público que quiera lo mismo, pero de hombre‘”.

Evitar el bloqueo requiere de dejar algunas pistas sin caer en lo explícito. “Cuando me decidí a hacer lo mismo subí mis publicaciones ‘disfrazadas’ poniendo una foto con mis calzones y unos emoticones, como los de gotitas, de carita caliente (la carita roja) o de fuego. Como dicen: Al buen entendedor pocas palabras. Y me llegaban muchos interesados, más de los que yo me imaginaba”.

El preparado de calzones “especiales”

La ropa interior que Bruno vende tiene un preparado “especial”, dependiendo de los fetiches de sus clientes. “La entrego como me la pidan. A veces de un día de uso, de dos, de tres. Otros me piden que haga ejercicio con ellos, otros me piden que huelan mucho a culo pero sin ‘rajita de canela’ (risas)”.

Además de los calzones con olores, los piden también con fluidos. “Normalmente los quieren con semen. Y yo incluyo un video prueba, para que vean que sí es mío. Pero el video se los mando hasta que me paguen, porque hay muchísima gente morbosa que ni te va a comprar nada pero te piden fotos”.

Lo que más se vende

Al principio Bruno pensaba que lo que más se vendería son las tangas, pues él tiene gusto personal por ellas. Pero no es así. “Lo que más me piden es el bóxer y más aún los Calvin Klein. Yo compro originales para mí, pero creo que ya compraré chafas porque no es negocio. Al final de cuenta lo que pagan no es por la prenda en sí, si no el fetiche de lo usado”.

Aunque la mayoría de sus clientes son hombres, algunas mujeres también preguntan, aunque tienen sus dudas de si realmente lo son. “Me escriben mujeres, pero siento que son perfiles falsos porque ni fotos tienen y tienen como a 15 amigos, entonces ni les contesto o bloqueo cuando se ve que son perfiles falsos. Los que me han comprado siempre han sido hombres y en su mayoría hombres mayores”.

Cortesía.

Las complicaciones de un cumplidor de fantasías

Aunque podría parecer una chamba fácil, como todo trabajo tiene sus dificultades. Entre ellas está que hay mucha gente que no concreta las transacciones y mienten. “Me ha pasado que me piden cosas y luego no se presentan en la estación o te bloquean. Es gente que anda jugando o morboseando o quieren sacarte fotos o videos prometiendo que van a comprarte. Cuando empiezan así, los bloqueo, porque me hacen perder mi tiempo. Una vez un tipo me pidió dos prendas y que cada una la usara tres días y pues lo hice; después llegó el momento de vernos en Metro Chabacano y jamás llegó”.

Él sabe identificar a los morbosos que no van a comprar cuando empiezan con ciertas preguntas que solo hacen para excitarse. “Cuando empiezan con eso ya me la sé, y mejor los bloqueo”.

¿Cuánto cuestan las prendas preparadas de Bruno y cuánto se gana en esto?

Una de las cosas que más le gustan a Bruno de su trabajo es que a él le excita lo que hace y encima recibe una remuneración económica por ello. “Creo que es parte de lo que me mueve, además de el dinero. Lo hago casi principalmente por el placer que me provoca eso. Me excita un chingo excitar”.

¿Cuánto cuesta una prenda “preparada”? Bruno responde que depende sobre todo de la calidad de la prenda. “Desde $250 hasta $500. Depende de la prenda; a veces unas me salen más baratas y otras más caras, unas son más finas otras son más chafitas”.

Al preguntarle cuánto gana mensualmente con esto, también responde sin tapujos: “De $3,000.00 en un mes bajo a 10,000 un mes que me fue bien. La verdad sí hay lana en esto y yo soy dueño de mi tiempo. Es un sector pequeño porque a final de cuentas es un fetiche y no todo mundo tiene los mismos gustos. A algunos esto les prende y a otros les puede parecer asqueroso”.


Al cliente todo lo que pida (o casi)

Como en todo negocio, él sabe que la satisfacción del cliente es primordial para que le vuelvan a consumir. “Quiero que queden bien satisfechos para que me compren más y sean clientes recurrentes. Hago lo que me pidan sin llegar a los encuentros, pues no soy escort. Además hay que hacer muchísima labor de venta, no crean que llueven clientes. Hay que buscarlos en todas las redes, hacer contenido diario, contestar muchísimos mensajes”.

Hablando precisamente de redes sociales, además de la venta de ropa interior, Bruno Fitch también tienen su cuenta de Twitter y OnlyFans, para que sus clientes comprueben que en efecto es él quien prepara las prendas (su cuenta es MUY explícita). “Síganme en Twitter, ahí verán mi cara, verán cosas explícitas con la ropa interior y más. Además verán mi catálogo de mis calzones usados. Aparezco como: @brunofitch69”.

Sobre su OF, está orgulloso de ofrecer cosas sui generis. “En mi OnlyFans verán todo más explícito. Se me ocurren cosas bien morbosas y diferentes. Son hasta hoy más de 100 post entre fotos y vídeos, más todas las que faltan por subir. Diario subo de 2 a 3 publicaciones, puede ser video o foto”.

Promete que además tendrá contenido educativo, como dirían en Los Simpson, “para más placer”. “Pronto daré tips de cómo tener orgasmos más fuertes, cómo alargarla con masajes, como durar más en el sexo, como tener un culazo. Soy muy sexual; me la paso investigando y leyendo del tema y tengo amigos urólogos y sexólogos que me dan muchos consejos y me despeja mis dudas, así que tengo mucho por compartir con ustedes en mi OnlyFans”. En esa plataforma puedes encontrarlo como DannyFeets.

¿Habrías pensado en que hay todo un mercado de gente comprando ropa interior usada? ¿Te animarías a comprar o vender tu propia ropa interior de uso?