Este 1 de julio de 2018 es la tercera vez para la Presidencia de la República y la segunda para jefe de Gobierno de CDMX que los mexicanos que viven fuera pudieron ejercer su derecho al voto en el extranjero, así que platicamos con tres chilangos que participaron en este ejercicio, para que nos contaran su experiencia.

Una científica que vive en Burdeos (Francia), una estratega digital que ya tiene poco más de un año en Dallas (Estados Unidos) y un periodista radicado en Londres (Reino Unido) recibieron en total tres boletas para votar por presidente de la República, jefe de Gobierno de la capital mexicana y el Senado y debieron regresarlas con suficiente anticipación para que llegaran a México máximo a las 8:00 del 30 de junio, o sea, ayer.

Fue la primera vez que ellos participaron en este ejercicio. Los contactamos para que nos platicaran qué tan fácil fue y qué tanto confían en el ejercicio y acá te compartimos sus respuestas.

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Un voto en el extranjero complicado desde Burdeos

Érika Pineda trabaja en una investigación sobre parasitología en la Universidad de Burdeos, Francia, donde estará al menos un año más. Tiene un doctorado y es la segunda vez que está viviendo en otro país y, aunque su alma libre seguramente la seguirá llevando por el mundo, su corazón sigue muy atado a México.

A pesar de que comenzó su trámite desde enero, sus boletas llegaron hasta abril, debido a un requisito extra que el INE agregó a finales de febrero: «al final sí fue sencillo, pero subí mis papeles desde enero y como tres semanas después me dijeron que mi credencial no tenía foto o huella dactilar; a las dos semanas me marcaron para decirme lo mismo y lo volví a intentar, y entonces noté una especificación que no estaba antes y era que el escaneo de mi credencial para votar debía hacerlo sobre una hoja en blanco firmada y eso retrasó todo».

Hubo un momento, recuerda, en que creyó que no lograría ejercer su voto en el extranjero, porque no le notificaron la recepción correcta de sus papeles ni le respondieron las llamadas y los correos electrónicos. Fue hasta que ya se había vencido la fecha límite de registro que finalmente le confirmaron que todo estaba en orden.

«No me gustó que cambiaran los requisitos, sobre todo porque yo quería hacer las cosas con suficiente tiempo; de ahí en fuera todo fue muy sencillo». La buena nota fue que pudo acordar con el servicio de mensajería el día en que estaría en casa para poder recibir su paquete y ya de ahí todo salió bien.

Sobre su motivación para participar, pese a que no estará aquí cuando asuman los nuevos presidente y jefe de gobierno, dice: «porque soy mexicana y me interesa lo que ocurre en mi país, me interesan el futuro y bienestar de mi familia, y el mío a futuro también; quiero que haya más oportunidades de trabajo para las personas que hacemos ciencia y así poder regresar. Votar es un paso (pequeño pero importante) para lograr todo eso».

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Desde Dallas con amor por México

Mónica Fernández tiene maestría en Creatividad para el Diseño y una muy buena oportunidad laboral la llevó hasta la ciudad texana de Dallas, desde donde ejerció su voto en el extranjero con la convicción de que, si no hubiera podido concretar el trámite, habría volado a CDMX el 1 de julio exclusivamente para ejercer ese derecho.

Aunque al final todo resultó bien para ella, también se topó con el inconveniente de que al principio toda la comunicación con el INE fue por correo electrónico, pero no le avisaron que su paquete sería llevado a su casa si no hasta la tercera vez que lo devolvieron porque ella no estaba para recibirlo, y le dejaron la advertencia de que tenía solo una oportunidad más o lo devolverían a México.

«Todo el trámite lo hice desde mi móvil y estuvo superamigable y rápido; me llegó un mail con mi número de folio avisando que había quedado registrada y decían que más adelante me mandarían más información y ahí fue en donde estuvo el problema, porque ya no me llegó nada de mail o mensaje».

voto en el extranjero

Foto: Cortesía de Mónica Fernández

Finalmente, le ayudaron a rastrearlo y pudo recogerlo en una oficina de UPS. Lo único que le hizo ruido fue que cada sobre que lleva las boletas con sus votos está identificado con un código de barras que incluye su CURP: «entiendo que es para identificar que se trata de un voto que está registrado en el extranjero, pero entonces ya no se siente tan “secreto”».

También nos respondió qué la motiva para votar por el presidente de un país y el gobernante de una ciudad a los que no está segura de volver: «en mi familia el día de la elección ya tiene su tradición. Votamos supertemprano, platicamos con vecinos que hace tiempo no vemos y después nos vamos a desayunar y debatimos sobre política. 5 generaciones de mujeres tratando de arreglar al mundo con un café y un pan de dulce en la mano».

«Al ver esas boletas y sobres me acordé de todo eso y me dio mucha emoción pensar que, aunque fuera de lejos y a destiempo, estaba cumpliendo con mi granito de arena».

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Un periodista chilango rockeando en Londres

Una de las cosas que más le gustan a Eduardo Aguilera de vivir en la capital británica es la cantidad de conciertos de rock a los que puede asistir, pero no por eso se olvida de México y del proceso electoral que está en marcha. Después de trabajar en dos de los periódicos más importantes del país, sus pasos lo llevaron hasta Londres.

«El paquete electoral me llegó la tercera semana de mayo. En realidad, en mi caso, todo el proceso fue relativamente sencillo. En febrero pedí una cita para tramitar la credencial del INE en la embajada para mediados de abril; acudí a la cita y en media hora ya había salido», recuerda; la credencial le llegó por correo en mayo y quedó oficialmente registrado para poder ejercer el voto en el extranjero.

Nos cuenta que, además de los sobres y las boletas, el paquete electoral incluye trípticos sobre cómo votar, cómo denunciar delitos electorales e información sobre los candidatos a jefe de gobierno (nada de presidente ni senadores), más una estampa de reconocimiento por su participación y dos volantes de promoción del INE.

Aunque en términos generales le pareció un trámite sencillo emitir su voto en el extranjero, Eduardo cree que todo sería más fácil si pudieran habilitarse casillas de votación en las embajadas, como ocurre con otros países. Además, cree que el INE falló al hacer difusión del alcance de esta iniciativa, pero que también existe desinterés de los mexicanos que viven fuera.

«Podría decir que el sistema me inspira confianza. Sin embargo, al ver que muchas otras personas tuvieron problemas o no les llegó completo el paquete, además de que el INE tuvo un problema con la dirección a la que se entregan en México los votos desde el extranjero, eso me hace dudar un poco.

«¿Participaría de nuevo? Por supuesto. Como mencioné antes, no tuve ningún problema en general, pero sí me gustaría que mejorara la parte de la información y, eventualmente, permitir que el voto se haga en el lugar en el que uno vive», concluye.