A los 26 años, Regina Apodaca ya colaboró con la NASA en el proyecto que creó un helicóptero para el Mars Rover 2020. El 19 de febrero de 2021 el artefacto llegó a la superficie de Marte para explorar el planeta… y eso fue apenas su tema de licenciatura en Física por la UNAM.

Ahora la joven chilanga cursa el doctorado con una idea en la cabeza: descubrir cómo motivar a niños y jóvenes a dedicarse a la ciencia y buscar instituciones que la apoyen para llevar a México al espacio.

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La estudiante e investigadora en Ingeniería Aeroespacial del Massachusetts Institute of Technology (MIT), una de los mexicanos en la NASA, es de mente y palabras ágiles. Responde rápido y analiza al instante.

Ella busca alternativas para que el acceso a la tecnología y a la carrera espacial sean más económicas. Así, busca motivar que los países en desarrollo presenten al mundo sus propias innovaciones.

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Regina Apodaca es una de los mexicanos en la NASA

 “Recién terminé mi maestría en el MIT con el doctor Pablo Lozano, investigador mexicano”, cuenta.

“Con él que trabajé en el diseño de un minisistema de propulsión que se puede poner en CubeSats. Los Cube Stats son pequeños satélites de 10x10x10 centímetros”.

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Se trata de satélites menos costosos, del tamaño de un camión. Regina Apodaca agrega que se pueden desarrollar en diferentes países, enviarse al espacio y, con el sistema de propulsión, ponerlos a “volar”.

La joven chilanga todavía va más allá. Su proyecto de doctorado es dirigido por la doctora Danielle Wood en el laboratorio Space Enabled, del MIT. Consiste en aplicar tecnologías espaciales para fomentar la equidad, la justicia social y el desarrollo.

 “El proyecto en el que trabajo busca desarrollar otro sistema de propulsión para cuando los CubeSats estén en el espacio. La idea es utilizar materiales de fácil acceso”, añade.

“Uno de ellos es la cera de abeja, que puede funcionar como conductor eléctrico y es un diferenciador, porque todos los países pueden tener acceso a ella”.

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Regina Apodaca señala que se trata de un sistema que es barato y sustentable, lo que permite derribar barreras de acceso. Cree que, si los países que apenas empiezan con sus agencias espaciales trabajaran con él, estarían generando innovaciones y se subirían a la carrera espacial de una forma más justa.

“Si México invirtiera en su propia ciencia, podríamos encontrar lo que nos importa como sociedad. El hecho de depender de otros países hace que haya miles de dudas que no podemos resolver”, opina.

“Ir detrás hace que a nadie le importen las preguntas que México se pueda hacer. Imagínate, en cambio, lo que podríamos lograr con nuestras propias respuestas”.

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Sueña en grande

Otro de los proyectos que Regina y su asesora trabajan en el Space Enable y planean desarrollar con la NASA es la competencia Zero Robotics.

Consiste en enseñarles a niños y niñas a programar con la computadora y la velocidad de internet que tienen en casa. Todo, a cero costo.

Los ganadores podrán programar unos robots que están en la Estación Espacial… y, quién sabe, en el futuro podría haber más mexicanos en la NASA.

Este y más reportajes los puedes leer en nuestra revista de abril… ¿ya viste lo chula que nos quedó?