Por estas razones, algunas mujeres usan un pañuelo verde el 8 de marzo

En los últimos años, en las manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres, en contra del acoso y en exigencia del combate contra feminicidios, es común observar a decenas de mujeres portar un pañuelo verde en el cuello.

No es solo una prenda, mucho menos un accesorio, el pañuelo verde simboliza una lucha de 16 años y usarlo lleva implícitamente las demandas: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal para no morir.

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el cual, de acuerdo con la ONU, promueve la participación de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres en el logro del desarrollo sostenible, la paz, seguridad y el pleno respeto de los derechos humanos.

Aunque data desde 1909, en los últimos años ha tomado más fuerza dicha fecha debido a la necesidad del empoderamiento de la mujer para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos.

Por ello, cientos de mujeres alrededor del mundo portan un pañuelo verde el 8 de marzo para pedir la legalización del aborto como un derecho de salud pública, debido a que uno de cada cuatro embarazos termina en aborto y que 45 por ciento de los 56 millones de estos casos que se practican anualmente en el mundo son inseguros, lo que pone en riesgo la vida de la madre, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El origen del pañuelo verde se remonta en Argentina, en 2003, cuando el Encuentro Nacional de Mujeres establecen unos talleres llamados “Talleres de estrategias por el aborto, legal, seguro y gratuito” y deciden portar un distintivo como símbolo de aborto libre, en alusión a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y de color verde para diferenciarse del resto de las luchas.

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Así, el 28 de mayo de 2005, Día de Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, las argentinas salieron a las calles bajo la consigna: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Tras la marcha, entregaron al Congreso de la Nación cien mil firmas recolectadas para pedir que el aborto deje de estar prohibido y penalizado con cárcel.

El pañuelo verde traspasó fronteras y en México fue tomado también como símbolo de la unión de mujeres que luchan por sus derechos, considerando el aborto uno de ello.

Feministas, movimiento de mujeres, tanto políticos como sociales, organizaciones, organismos de derechos humanos, de ámbitos académicos y científicos, grupos estudiantiles y comunicadores, también han portado el pañuelo verde el 8 de marzo.

Recientemente, en las vialidades de la Ciudad de México se han colocado mantas pidiendo abrir la discusión del aborto para avanzar en mejores políticas públicas.

De acuerdo con la OMS, en la Ciudad de México, desde que se aprobó la interrupción legal del embarazo en 2007 hasta diciembre de 2008, se han practicado 205 mil 580 abortos, de los cuales 70 por ciento han sido en mujeres que viven en la capital del país, 26 por ciento del Estado de México y el resto de otras entidades como Hidalgo y Veracruz.

Mientras que en México el tema no está actualmente en discusión en el Congreso, en agosto de 2018 el Senado de Argentina discutió el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados, sin embargo, rechazaron la ley.

Con miles de personas esperando bajo la lluvia y el frío, el Senado argentino desechó la propuesta con 38 votos en contra (24 hombres y 14 mujeres), 31 votos a favor (17 hombres y 14 mujeres) y 2 abstenciones.

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No obstante, la lucha argentina no termina, ya que en el Senado se abrió la posibilidad a variantes del proyecto o una modificación del Código Penal; sin embargo, tendrán que esperar al menos para agosto de este año para introducir de nuevo la discusión al Congreso. Sería el octavo intento desde 2007.

En tanto, en México, este miércoles la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se pronunció por no criminalizar a la mujer por abortar. “Lo que se pretende es no llevarla y sujetarla a un proceso penal y a privarla de su libertad”, indicó.

Incluso, dejó la posibilidad de poner en la mesa la despenalización en todo el país a través de un código penal único.