El calentamiento global y la urbanización extrema están destruyendo el hábitat de los colibríes en la CDMX, pero los jardines urbanos ayudan a amortiguar el proceso y son fáciles de construir en casa

Son diminutos y su aleteo es tan rápido —80 veces por segundo—, que es imposible distinguir el “ocho” que forman sus alas al volar. Hay otras características que los hacen impresionantes: su corazón late más de mil veces por minuto, en el mismo lapso toman 250 respiros y consumen la mitad de su peso en azúcar diariamente. En total hay 335 especies de colibríes en el mundo, en México tenemos 57 y en la CDMX predominan dos: el colibrí berilo o amazilia beryllina y el colibrí pico ancho o Cynanthus latirostris.

«La ciudad es importante para los colibríes porque, además de tener especies residentes, es zona de tránsito para especies migratorias. Los residentes se mueven constantemente y las migratorias viajan largas distancias, ambas necesitan comida», cuenta Claudia Rodríguez, bióloga de la UNAM y participante en el proyecto Jardines urbanos para colibríes.

Dentro de la FES Iztacala se encuentra el Jardín de los Polinizadores, un espacio verde de 200 m2 en el que se distinguen puntitos rojos, amarillos, naranjas y morados; son flores: salvias, mirtos, farolitos, toronjiles, jarritos y más. Este rincón fue creado para que los colibríes en la CDMX puedan encontrar alimento; la urbanización extrema y el cambio climático son una amenaza para su hábitat y sobrevivencia.

«Los estudios muestran que el cambio de temperatura y precipitación afectan la floración —explica Claudia—. Esto impacta a los colibríes y a otros polinizadores, porque si la planta que consumen florecía en diciembre, ahora puede florecer en octubre y ellos siguen migrando en la misma fecha. ¿Qué pasa? Cuando llegan, no hay alimento porque la floración ya fue. Esto es super peligroso. Muchos colibríes viajan en el límite energético: salen gordos y cuando se detienen en las ciudades están casi en los huesitos. Si no encuentran alimento, se mueren».

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Jardines urbanos para colibríes en la CDMX

Los jardines urbanos para colibríes en la CDMX los ayudan a conseguir alimento.

Foto: Carlos Soberanes

Amortiguar esos problemas requiere un esfuerzo colectivo, y el proyecto Jardines Urbanos para Colibríes —iniciado en México por la doctora María del Coro Arizmendi— busca que cualquiera pueda ayudar.

Su objetivo principal es que los colibríes en la CDMX encuentren alimento. También tiene fines educativos: lograr que la gente entienda la importancia de proteger a los polinizadores. Y de observación natural: es uno de los pocos lugares en la ciudad donde se realiza esta actividad.

Los jardines de polinizadores vienen de Estados Unidos; allá existen desde muchos años. La doctora Coro forma parte de un comité trinacional que se reúne cada año para hablar sobre problemas de conservación de polinizadores en Canadá, EUA y México.

«Ella trajo la idea —cuenta Claudia Rodríguez—. El primer jardín fue aquí (en la FES Iztacala) y funcionó muy bien, el segundo fue en un bachillerato en el Ajusco y están en proyecto otros cinco».

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Cómo hacer un jardín para colibríes en casa

Los jardines urbanos para colibríes en la CDMX son fáciles de construir en casa.

Foto: Carlos Soberanes

Cualquiera que cuente con un patio puede hacer un jardín urbano para colibríes en la CDMX. No es muy caro ni difícil, solo requiere un poco de dedicación, pues hay que brindarle mantenimiento constante. La clave está en conocer qué tipo de flores atrae más a estas aves.

«Hay algo que se llama síndrome de polinización: significa que hay patrones definidos para saber si una planta puede ser polinizada por un colibrí —explica Claudia Rodríguez—. Gracias a esto sabemos que buscan flores rojas, amarillas o moradas. También es importante que la forma general sea un tubo, porque ahí van metiendo su pico; las flores abiertas les gustan más a las abejas y mariposas».

Rocío Meneses, bióloga y creadora de Paraíso Colibrí —proyecto especializado en cultivar plantas silvestres para estos pájaros—, recomienda sembrar las siguientes especies: salvia, salvia algodoncillo, salvia cardenal, salvia escarlata, tlacote, mirto, flor de colibrí, salvia de otoño, colombina dorada, espinosilla, jarritos, farolito, hibiscus dormilón, toronjil, lantana, muicle, mitle cimarrón, tecomaria, clavelina o sábila.

Para ayudar a que los colibríes en CDMX tengan comida todo el año es recomendable mezclar pequeños parches de plantas nativas y exóticas, para que florezcan en cualquier temporada. Planear la distribución es buena idea: es necesario evitar que los arbustos y plantas más grandes crezcan y tapen a las pequeñas. Además, para darle una fuente de energía extra a los colibríes que visiten el jardín, se puede agregar un bebedero; es muy importante tenerlo limpio y cambiarlo diario, de lo contrario se convierte en foco de infección.

El primer jardín urbano para colibríes en la CDMX se construyó en la FES Iztacala.

Foto: Carlos Soberanes

«¿Cómo preparar el néctar en tu casa? Solo con azúcar, estándar, de la más barata y menos procesada. Es falso que se necesite miel, mascabada o néctar ‘suplementado’, esto es peligroso, porque tiene un colorante que el organismo de los colibríes no puede procesar. La proporción es de cuatro a una, es decir, una medida de azúcar por cuatro de agua. Preparas, lo mezclas bien, llenas el bebedero y, si te sobra, lo puedes poner en el refrigerador durante una semana. Después es cuestión de paciencia. Durante esta fase sigue siendo muy importante cambiarlo, aunque no lo visiten colibríes».

Si quieres comprar flores para colibríes en la CDMX, puedes hacerlo en Paraíso Colibrí; tienen entregas en puntos específicos en la ciudad. Contáctalos a través de Facebook o Instagram.

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