Uno de los cambios provocados por la pandemia mundial es enfrentar la muerte de un ser querido sin poder decirle adiós. Ya hemos hablado de los funerales virtuales y otros recursos para adultos, ¿pero cómo se vive el duelo en niños por covid-19?

“La despedida de duelo por covid-19 es complicada, porque no siempre hay despedida, no puede haber funerales”, explica María Gallo, pedagoga y psicóloga con más de 10 años de experiencia dando talleres infantiles de emociones.

“De pronto, cuando perdemos a alguien, estar con nuestra figura de apego, el poder abrazarnos, el poder ver a todos los demás honrando la vida de esta persona que murió ayuda mucho a seguir”.

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Así que María, Cristina Llaca, Paulina Suárez y María José Adame (de la Red Latinoamericana de Psicología Pediátrica) crearon el libro Duelo por covid, porque no todas las despedidas son iguales.

El texto, que puedes descargar gratuitamente, incluye un cuestionario, actividades como dibujos y otros recursos para apoyar en el duelo en niños por covid-19.

Como en todos los temas, agrega María Gallo, lo mejor es hablarles con la verdad y estar alertas para identificar si necesitamos ayuda de un profesional.

ABC del duelo en niños por covid-19

Lo primero es que la niña o el niño en cuestión reciba la noticia de su figura de apego, es decir, mamá o papá; si la muerte fuera precisamente de la figura de apego, recomienda entonces que sea alguien más con quien tenga confianza.

De igual forma, añade, es importante tener en cuenta su edad y temperamento; por ejemplo, los niños de preescolar no conciben la muerte como algo definitivo.

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En el duelo en niños por covid-19 aclara que “los preescolares no tienen este sentido de irreversibilidad, creen que es como en las caricaturas: ‘ya me morí, ya reviví'”.

“Al no tener esta conciencia de la muerte como algo definitivo, para ellos es más difícil”.

Así que hay que seguir un proceso para explicarles qué es la muerte, que es irreversible y natural, y que le ocurre a todas las personas.

No ayuda –por ejemplo– mentirles si muere la mascota, decirles que se fue a una granja ni sustituirla para engañarlos.

La forma en que un niño viva su primer duelo, enfatiza María, determinará en gran medida cómo enfrentará las siguientes pérdidas en su vida.

Si van en primaria, el duelo en niños por covid-19 implica que cobren conciencia de que son vulnerables, así como el resto de sus seres queridos.

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“No se recomienda decirles ‘se fue al cielo’, ‘se convirtió en una estrella’ o en un ángel, porque los niños no entienden este doble sentido”, explica.

Tampoco es necesario que les expliques demasiado, los pequeños tienen dudas más básicas y lo mejor es resolverlas de acuerdo a su edad.

“Es bien importante estar dispuestos a escuchar sus dudas, a que pregunten lo más posible y no tener mitificada a la muerte como algo malo”, dice.

Si tú no resuelves sus dudas, ellos las van a buscar o se las van a inventar.

Dependiendo el caso, los niños de entre 6 y 12 años pueden experimentar angustia, dependencia, culpa, resentimiento, rechazo y también miedo al contagio.

Los peques pueden presentar, enumera la experta, algunas regresiones, como pérdida temporal del control esfínteres, desórdenes de sueño y alimentación o problemas de lenguaje.

Si estas últimas conductas no desaparecen en un plazo de seis meses, la experta recomienda buscar ayuda.

Porque no todas las despedidas son iguales

Foto: cortesía María Gallo

En el libro de estas cuatro autoras, los niños podrán verbalizar lo que sienten. Hay espacios para responder preguntas sobre qué extrañan y cómo recuerdan a la persona.

También, les ayuda a descubrir que hay cosas que quien murió dejó en ellos y que es una forma de sentirle cerca.

“Habrá cosas por las que querías pedirle perdón o que perdonarle, valorar lo que sí existió con esta persona; o sea, qué cosas nos dio y qué le agradecemos. Agradecer es una gran herramienta para momentos de duelo”, explica María.

Entre otros recursos que recomienda, está poner un altar para honrar su memoria o que toda la familia haga una carta y las lean juntos.

“Nosotros decimos: el amor no muere y todo ese amor que te dio y que existió sigue presente en ti; entonces, sí hay cosas que no se van aunque esa persona ya no esté”.

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Y si el duelo en niños por covid-19 en realidad es de un adolescente, María Gallo recomienda darles espacio, pero estar dispuestos a escucharlos si lo necesitan.

Ellos pueden azotar puertas, estar enojados, no querer ver a nadie o encerrarse. Además, algunos de sus hábitos se pueden volver compulsivos, como estar pegados a la consola de videojuegos o hacer demasiado ejercicio.

Si estas conductas empiezan a trastocar su alimentación o hábitos de sueño, se recomienda canalizarle con un profesional.