En la recta final de su gobierno, José López Portillo mandó a edificar un conjunto de mansiones, conocido posteriormente como La Colina del Perro. 36 años después, lo último que quedaba de esta construcción fue demolida.

De acuerdo con información de Reforma, la última parte que fue demolida corresponde a la casa-biblioteca, la cual fue heredada a los hijos que el expresidente tuvo con Sasha Montenegro, un terreno de 5 mil 200 metros cuadrados y vendido en 2013.

El predio, ubicado en Paseo de los Laureles, en la colonia Bosque de Las Lomas, será utilizado para construir una torre de departamentos de 34 pisos.

En 2015, en la parte que correspondía a la familia que López Portillo tuvo con Carmen Romano se construyó el fraccionamiento La Toscana, con más de 50 casas que se venden hasta en 6 millones de dólares.

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La historia de la Colina del perro

El 13 de septiembre de 1982, la revista Proceso dio a conocer los detalles de esta fortaleza que López Portillo mandó a construir utilizando recursos públicos. Vecinos de Cuajimalpa denunciaron la edificación de varias mansiones en el predio, en donde incluso se instaló una subestación eléctrica, con capacidad para abastecer de luz a todo un poblado.

El complejo, conformado por cuatro mansiones y una biblioteca, se alcanzaba a apreciar desde la carretera a Toluca, documentó la revista en su edición.

Aunque en un inicio se pensó que la construcción pertenecía a Cantinflas, los vecinos se dieron cuenta de que la esposa del presidente y su hijo visitaban muy a menudo el lugar, además de que la zona era resguardada por militares.

Una de las mansiones era de estilo medieval, mientras que las otras dos tenían ventanales tipo colonial, techo de dos aguas, a la usanza californiana; numerosas chimeneas y un gran mirador.