A los 13 años le dijeron que no volvería a abandonar su cama. El diagnóstico médico era brutal: dos vértebras rotas, lesión medular irreversible y espalda comprimida, luego de sufrir un accidente cuando practicaba downhill. Sin importar el augurio de los médicos, 17 años después, Arly Velásquez no solo es el único mexicano que ha participado en tres Juegos Paralímpicos de Invierno, sino que busca convertirse en la primera persona en silla de ruedas que subirá el Iztaccíhuatl, un volcán inactivo en México con 5,230 metros de altitud.

La afición de Arly Velásquez por los deportes comenzó desde que tenía dos años y aprendió a andar en bici. A los cuatro practicó gimnasia y luego se enroló en diferentes disciplinas hasta que, cuando tenía 11 años, un vendedor le dijo que tenía pinta de ser bueno para el downhilly Arly se interesó en esa modalidad del ciclismo de montaña que consiste en descender lo más rápido posible de una montaña.

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Una tarde de 2001, mientras Arly entrenaba para realizar su sueño de ser el mejor ciclista de montaña de México, una caída truncó sus sueños. “Fue un shock tremendo. La verdad hasta pensé en suicidarme”, confiesa el deportista tricolor, al hablar de su accidente.

Arly Velásquez y su nueva aventura

Tras unas vacaciones en Canadá, en las que el joven vio a gente con discapacidad deslizándose sobre la nieve a bordo de un monoski, Arly encontró su verdadera pasión: “Quise mezclar la montaña con el deporte y la discapacidad”, dice el deportista, quien de inmediato consiguió todo el equipo necesario para practicar esa disciplina. “Esto es lo que quiero hacer por el resto de mi vida”, pensó.

Esa pasión lo llevó a participar en los Juegos Paralímpicos de Vancouver 2010, Sochi 2014 y Pieonchang 2018 y esa misma pasión lo llevará a la cima de la tercera montaña más alta de México.

“Es un proyecto que va a marcar época porque nunca se ha hecho el ascenso de una persona que utilice silla de ruedas al Iztaccíhuatl y es un alto grado de dificultad esa escalada y para mi representa mucho”, asegura emocionado Arly Velásquez.

Para lograr la hazaña, Arly entrena diariamente en el Bosque de Tlalpan, los Viveros de Coyoacán o incluso en la zona del Iztaccíhuatl, ya que, a decir de Cristino García, el guía de montaña que encabezará la aventura, “se requiere de precisión, planificación y de un equipo de personas especializado en el tema de alta montaña”.

“Cuando se tiene un proyecto, me conocen que soy intenso y lo voy a hacer al máximo. Se me metió a la cabeza hacer el Iztaccíhuatl. Estamos planeando en mayo y la prioridad del equipo es que todos puedan hacerlo en ese mes”, agrega Arly Velásquez, quien se dice listo para partir rumbo a la cumbre el próximo 17 de mayo y llegar al punto más alto tres días y 5,230 kilómetros después.

La idea de alcanzar la cima de la “Mujer Dormida” comenzó cuando la asociación Wheel the World, organización que busca que las personas con discapacidad accedan al turismo, contactó a Arly.

“Cuando me contactaron, me platicaron que querían que subiéramos el Iztaccíhuatl y yo pensé ‘se refieren llegar al Refugio de Ayoloco (ubicado a 4,640 metros sobre el nivel del mar), pero ¡no!’ me dijeron que llegaríamos a la cumbre”.

A pesar de la dificultad que representa la escalada, Arly Velásquez está consciente de que “lo más difícil será dejarse llevar por alguien más. Siempre he estado acostumbrado a empujarme por mí mismo, entonces tengo que confiar toda mi integridad en otro, sin duda es lo más difícil que he hecho nunca”, admite.

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¿Qué es Wheel the World?

La organización Wheel the World es un proyecto que nació en Chile, bajo la visión de Álvaro Silberstein y Camilo Navarro, amigos apasionados por los viajes y la naturaleza, quienes buscan desarrollar experiencias inclusivas en lugares turísticos del mundo para personas con y sin discapacidad.

“Nosotros queremos promover que haya opciones para realizar actividades al aire libre y que cualquiera que quiera hacerlo, pueda. Es tan potente esta aventura, que incluso, personas que uno se va topando en el camino se suman a ayudar a empujar la silla, porque se dan cuenta que es simple y sólo se requiere de un estado físico normal”, aseguró Álvaro Silberstein, en una entrevista con el diario As de Chile, en enero de 2018.

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