Movimientos vertiginosos que incluyen piernas y brazos revoloteando… Caminatas ostentosas que combinan maneras desenfadadas con movimientos exagerados de caderas y hombros… Gestos de caricaturesca sensualidad y manos alzadas por lo alto ondeando como aves exóticas… Y de pronto, desplomarse en el piso de ágil pero dramática manera, y con las piernas como queriendo escapar del resto del cuerpo. Queda claro, apenas se atestigua una sesión de voguing, que estamos ante algo que va más allá del baile.

Ese despliegue fanfarrón de agilidad es deporte, expresión artística y modo de vida, y su origen puede rastrearse hasta los años 70, cuando en los clubes gay de Los Ángeles se reunían afroamericanos, latinos y asiáticos a desplegar a ritmo de música funk la identidad que tenían que ocultar durante el día. Punking y waacking se llamaban por aquel entonces las coreografías que, inspiradas lo mismo en las artes marciales y el uso del nunchaku que en los gestos sobreactuados de las películas silentes o las caricaturas de Looney Toons, servían para escenificar batallas en los clubes underground de la época.

Los orígenes

Punking y waacking se hallan detrás como antecedente inmediato del voguing, cuyo nacimiento se atribuye a los internos de la prisión de Rikers Island, en Nueva York, donde buscaban integrar las poses típicas de sesión fotográfica de la célebre revista de moda a las batallas de baile. Se cuenta que uno de aquellos personajes era Paris Dupree, quien se encargó de llevar el voguing a los clubes de baile LGBT+ de Harlem a finales de los 70 y principios de los 80.

Sí, recuerdas bien: muchos de nosotros tuvimos un tímido asomo a esa cultura vía “Vogue”, la canción de Madonna que fuera primer sencillo de la banda sonora de Dick Tracy, en los incipientes 90. Ella y su productor Shep Pettibone se inspiraron en eso que estaba sucediendo en los clubes de Nueva York y que documenta una película fundamental para el voguing y su diseminación en el mundo: Paris is Burning.

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El filme de Jennie Livingston —que puedes ver en Netflix— da cuenta de la cultura de baile neoyorquina y de las comunidades gay y transgénero afroamericanas y latinas que le daban vida, y suele ser citado como un documento invaluable sobre esa escena al mismo tiempo que una exploración de temas raciales, de clase, de género y de sexualidad en el Estados Unidos de los años 80.

Como para muchas personas que hoy conforman la escena voguing de la Ciudad de México, el interés para Franka Polari, personaje fundamental del desarrollo actual del voguing y su difusión en la ciudad, y una de las madres de House of Apocalipstick, nació al ver ese documental. “Me interesó no sólo su aspecto estético —es un baile con relación íntima con la foto, el video, la moda y otras industrias del glamour—, sino también su aspecto ético. Las casas, guardianas de la cultura ballroom donde nació el voguing, son espacios para personas con una identidad de género, orientación sexual o expresión de género que los coloca como objetivo de la discriminación”.

Las madres fundadoras de Apocalipstick, Victoria Letal y Franka Polari, han sido activistas desde los años 90, particularmente en materia de derechos sexuales y reproductivos. No es casual que integrantes de Apocalipstick participen en iniciativas sociales y políticas; destaca el hecho que en las pasadas elecciones participaron activamente, incluso en la defensa del voto al vigilar casillas.

A partir de aquí, cedemos la palabra a Franka Polari.

EL VOGUING

«El vogue es la expresión radical de uno mismo en la pista de baile en un contexto comunitario. El cine es una de las venas que nutre a este baile, no es extraño que el drama sea celebrado. Además, hay un componente de catarsis, la gente que baila vogue está contando su historia y muchas veces esta no sólo es alegría, sino que también está marcada por la discriminación y la resiliencia».

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Cuba Apocalipstick / Foto: Leonardo Pérez

UNA CASA

«Una casa es un grupo de personas que buscan fomentar y proteger la cultura ballroom a través de una identidad compartida. Son espacios que también buscan proveer apoyo a sus miembros y que reconocen distintas jerarquías, de acuerdo con cada casa; se reconocen los méritos de quien aporta a la cultura y gana categorías. La división por casas tiene que ver con la tradición comenzada hace 50 años por Crystal LaBeija, donde se agrupan alrededor de una idea o concepto.»

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Escarola Apocalipstick / Foto: Leonardo Pérez

HOUSE OF APOCALIPSTICK

«Es la segunda casa de vogue en México. Se fundó el 18 de marzo de 2015. Apocalipstick se caracteriza por integrar personas con diversos intereses y formación en distintas disciplinas. Desde el principio buscamos crear un reservorio de talento e ideas para compartir saberes en sus miembros dentro de la estética del vogue en el marco ético de una casa. Hemos explorado poesía, cabaret, foto, video, música y otras expresiones… Somos la casa preocupada por formar DJs y MCs, parte indispensable de esta cultura.

«House of Apocalipstick la ha impulsado produciendo música, realizando vogue chanting en español y promoviendo la visibilidad de este estilo de baile. Hemos realizado fiestas ballroom, competencias en toda la forma con jueces, premios y representación de la casa; también hemos realizado Kiki Balls, que son intervenciones en fiestas donde se llevan a cabo batallas de vogue amistosas sin jueces y sin premios para exponer esta cultura a otras audiencias. Nos rige la creatividad, la interdisciplina, la colaboración, la igualdad, el respeto de la otra persona y la búsqueda de la felicidad propia.»

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Néctar Apocalipstick / Foto: Leonardo Pérez

CÓMO ACERCARSE

«Apocalipstick se ha preocupado por traducir textos sobre la cultura ballroom y el voguing, están disponibles en nuestra página https://houseofapocalipstick.com, ahí también pueden ver nuestros próximos eventos, igual que en nuestras redes sociales. La mejor forma de conocer la cultura es asistir a las prácticas organizadas por las distintas casas y a las clases que hay. Apocalipstick tiene clases lunes y miércoles, y anuncia sus prácticas en sus redes…»

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Xicalli Apocalipstick / Foto: Leonardo Pérez

VOGUE CHANTING

«Empecé pronto a hacer vogue chanting, otro elemento del ballroom, que no es hip-hop, no es canto; es ser un maestro de ceremonias, que se distingue por la repetición, por el énfasis en ciertas frases, ciertas palabras y el énfasis en el cuarto tiempo, porque tiene que ver con lo que va a hacer el bailarín. Se toma una frase y empieza a recortarse y a repetirse mucho para acompañar el frenesí y la posesión del bailarín.»

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Mántiz Apocalipstick / Foto: Leonardo Pérez

EL BALLROOM

«Un ballroom tiene cinco elementos: además de los tres mencionados, tiene jueces que conocen de la técnica y tiene un público, que sabe cuándo hacer ‘snap’ (tronar los dedos), que es una forma de celebración. Hemos venido usando los kiki ball y las prácticas públicas para familiarizar al público con el voguing. En mayo del 2014, empezamos a hacer prácticas en La Purísima donde íbamos explicando los distintos estilos, los elementos, los beats… Porque es un beat muy particular, que no vas a escuchar en un antro, que tiene una cierta historia, que viene de alguna manera del house noventero y se ha fusionado con el Jersey club para crear un subgénero del house muy particular, muy energético, con espacios para que el MC pueda celebrar, pueda hablar, pueda describir…»

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