En el tiempo inagotable, y el espacio infinito, la arquitectura nos da a los seres humanos una barca para navegar las aguas de la inmensidad del mundo. Luis Barragán fue uno de esos genios que lograron borrar la línea entre poesía y construcción. Su influencia trasciende todas las fronteras. Su obra cambió el rumbo de la arquitectura para siempre, y un día como hoy, pero de 1988 en la Ciudad de México, se unía por fin a la eternidad que ladrillo a ladrillo contuvo en una casa, en una capilla, en su jardín.

Barragán incógnito en la CDMX

Aquí te compartimos 4 de sus obras que tal vez no conozcas en la Ciudad de México. Proyectos que, aunque no tan famosos, representan ejercicios importantes dentro del invaluable acervo arquitectónico de Luis Barragán.

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Parque Luis Barragán

“[Un jardín]… es el más eficaz refugio contra la agresividad del mundo contemporáneo” escribió Barragán en su discurso del Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura. Este jardín, incrustado en la urbanización del Pedregal, se mantiene como una reserva que lucha contra su deterioro por el incansable crecimiento urbano de la zona. Aquí, Barragán creó un refugio ecológico escondido en el mar de lava. Aunque la necesidad de estacionamiento, el ambulantaje y el simple descuido se han apoderado de este espacio, en este lugar, todavía se puede apreciar la magnificencia que alguna vez tuvo el paisaje del Pedregal que enamoró a personajes como Diego Rivera y Dr. Atl.

Parque Luis Barragán, Jardines del Pedregal, Álvaro Obregón, Ciudad de México. La entrada de los coches es por la calle Agua.


Cobre de México

Quizás, una de sus obras más desconocidas; cuenta Camila Osorio de El País, que a la Barragan Foundation (fundación que desde Suiza resguarda el acervo del archivo de la obra de Barragán) le costó 25 años descifrar. Es un pequeño patio parte de un complejo habitacional diseñado en 1965 para los obreros de una fábrica en Azcapotzalco por Juan Sordo Madaleno. En esta obra, Barragán pudo poner en práctica ideas sobre el espacio público en un contexto social.

Este espacio permanece prácticamente inalterado, por lo que es una buena oportunidad para experimentar el diálogo que Barragán creaba entre jardín y arquitectura.

FOTO: HIDEKI YUKAWA

Calle Norte 67, Colonia Obrero Popular, Azcapotzalco, Ciudad de México.


Casas en Avenida México

Caminar por el parque México sin duda es una de las experiencias más especiales de la Ciudad de México, algo que lo hace tan especial es poder apreciar la yuxtaposición de estilos arquitectónicos en las calles que lo rodean. En los números 141 y 143 de la Av. México, justo frente al parque, se encuentran dos casas al estilo “townhome” diseñadas por el arquitecto de Guadalajara en 1936. Como algunas otras de sus obras, estas pertenecen a las exploraciones que hacía para poner en práctica los principios del Funcionalismo Europeo.

(Esquina inferior derecha)

Av. México 141 y 143, Col. Hipódromo, Cuauhtémoc, Ciudad de México.


Casa Gálvez

En el corazón de Chimalistac, se esconde celosamente una casa que Barragán diseñó para la familia Gálvez en 1955. A diferencia de los paisajes del Pedregal, la casa Gálvez se levanta sobre lo que alguna vez fueron los viveros y huertas del Convento del Cármen. En esta casa, Barragán buscó crear un diálogo no solamente entre jardín y arquitectura, pero también con los elementos históricos del lugar, como la barda y las calles empedradas.

Calle Pimentel 10, Chimalistac, Álvaro Obregón, Ciudad de México.


Así que ya sabes, la próxima vez que camines por la ciudad, acuérdate que, por ahí, escondidas, están las obras de un arquitecto que quiso domar ese infinito al que llamamos Ciudad de México.

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