Hace un año, en un viaje a Japón, conocí el concepto del gogigui: el barbecue coreano que consiste en asar carne –usualmente, marinada– en brasas de carbón, bajo una parrilla circular insertada en el centro de la mesa. De inicio, la idea es fantástica. La mesa está llena de salsas, condimentos y guarniciones… y el humo de la carne comienza el acto de seducción.

Sobra decir que la Juárez es un barrio cada vez más coreano; pero aquel día, a las siete de la tarde, el restaurante podría haber estado en el medio de Seúl. Y, la verdad, siempre es un buen augurio ver que la concurrencia es, en su mayoría, nativa.

Comencé entonces con un buffet de carnes para hacer el ritual del barbecue: filete, tocino grueso y costilla marinada. Olores y sonidos se desprenden producto del contacto con la parrilla. Una belleza. La costilla marinada es la que presume el mejor sabor (ofrecen una tijera para cortar el asado de tira). Con el buffet (300 pesos por persona), llegan las banchan, pequeñas dosis de sabores ácidos contenidos en las guarniciones: el infaltable kimchi –col fermentada, ligeramente picante y sumamente adictiva–, papitas, nabo… Vale la pena ir con dos o más personas para el ritual.

Había que probar más. El bibimbap es un plato de arroz mezclado, cocinado con vegetales y huevo en una misma olla, de sabores húmedos y suaves. Recomiendo mucho tirar unos cuantos trozos del filete asado del centro. Y, claro, los fideos fríos, el naengmyeon, que vienen en un tazón con una mitad de huevo duro y salsa picante (de sabor similar al kimchi y un poco al chamoy de verdad: acidez, umami, especia) esperando el caldo de res, que es frío en serio. La experiencia es muy diferente a una ramen, pero suculenta como la que más.

Hay bebidas coreanas como jugo, lagers y un vino de arroz típico de Corea. Yo tomé un poco de limonada esta vez. Pero regresaré, pues la experiencia es auténtica y, aunque el servicio –comandado por meseros oaxaqueños– podría ser un poco mejor, creo que es un gran sitio para salir de lo ordinario y dejarse llevar por la intuición.