Tortas en la CDMX hay de sobra. Desde las clásicas bautizadas con un gentilicio (la rusa, la cubana, la mexicana), hasta la chilanga guajolota (de tamal) o las más extravagantes como las de chilaquiles o de helado. Y aunque opciones hay tantas como esquinas en las calles, La Onza de Oro sobresale con cuatro aspectos importantísimos a considerar: sabor, variedad, limpieza y tamaño (porque en este casi, el tamaño sí importa). En La Onza de Oro, la estrella es la torta de pierna horneada.

Eso sí: nuestra principal recomendación es que trabajes tu paciencia porque aunque las tortas son BUENÍSIMAS, el tortero nos recuerda a ese personaje de Seinfeld mejor conocido como el “Soup Nazi”, solo que sin risas. Por eso medita bien qué quieres pedir y no la hagas de emoción porque te arriesgas a un: “¡No hay torta para ti!”.

Si te gusta La Onza de Oro, te recomendamos también: Tortas La Reforma y Tortas Robles