Visitar el centro de Coyoacán es comer un churro o un esquite por las tardes, pero si vas por las mañanas, este rinconcito medio escondido te puede sorprender: Croasán. Es una panadería y cafetería que se ubica en una antigua fábrica de talavera. De hecho, la decoración del lugar es la original: la fachada tiene un muro limosna (con ladrillos y blocks de distintos tipos y colores acomodados en forma de ventana). Ahora el lugar está acondicionado para que, en vez de que haya un horno de cerámica, haya un horno de pan. 

Y es que ahí hornean croissant, chocolatines, madalenas, donas, galletas, conchas, bollos y pan blanco todos los días. Es la especialidad de la casa, todo con ingredientes mexicanos de buena calidad. La mente (y las manos) detrás de Croasán es Francisco.

Siempre quiso tener su propio negocio y él pensaba que quería ser chef. Su experiencia empezó en una chocolatería mientras tomaba un curso de comida mexicana tradicional, después se fue a estudiar a Francia cocina tradicional francesa y pastelería. 

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Luego de trabajar en distintos lugares y países, y de tomar varios cursos de chocolatería y pastelería, volvió a México y pensó en establecer su propio negocio. Una panadería le pareció una gran opción y abrió un pequeño lugar cerca del centro de Coyoacán, pero no le iba muy bien. “Había días que vendíamos $100”, cuenta. 

Sin embargo, no se quiso dar por vencido. Francisco siguió especializándose en panadería, aprendió nuevas técnicas y a trabajar mejor los ingredientes. Cerró el local, pero siguió vendiendo pan a domicilio. 

La idea de la panadería fue creciendo con el tiempo. Buscó opciones de lugares y llegó a la fábrica de talavera, la limpiaron y acondicionaron, esto tardó un año más otro año en lo que conseguía el permiso para abrir. Al fin lo logró en marzo de 2020, pero solo estuvo abierto por dos semanas pues llegó la pandemia y tuvo que cerrar.

Siguió vendiendo pan a domicilio y al fin en octubre pudo reabrir. Ahora, además de panadería, también ofrece café (sus proveedores son Almanegra) y desayunos todo el día. Tras varios años y un largo camino, Francisco se pregunta todos los días si está haciendo bien las cosas, pero también sabe que debe ser paciente.

Poco a poco, las mesas de Croasán se van llenando, los fines de semana es cuando hay más gente.

Pancito todo el día en Croasán 

Además del pancito del día, suave y de textura consistente, hay desayunos hasta las seis de la tarde. Hay los clásicos: chilaquiles, enfrijoladas, huevos y toast, todos con el toque de la casa que les da un buen sabor. 

Si quieres algo llenador, te recomendamos los chilaquiles, hay verdes que pueden llevar huevo, pollo, cecina o brisket ahumado. Pero si andas con antojo de huevito, un omelette de espinaca y queso mascarpone.

Entre sus opciones hay toast como el de setas y cebolla caramelizada con hummus de la casa. Obvio hay croissant salados, por ejemplo, el de tocino y queso brie. Y si quieres un postre o más bien buscas algo dulce, el pan francés es una buena opción.

Dónde: Ignacio Allende 168, Del Carmen  
Servicio a domicilio: sí, en Rappi/ Facebook: Croasan Instagram: croasanmx
Horarios: mar-dom: 8-18 h
Cuánto: $$ (ticket promedio $200-$250 por persona), formas de pago: efectivo, todas las tarjetas de crédito y débito 
Accesibilidad:
Pet-friendly:
Reservación: no necesaria