El eclipse solar total del 11 de julio de 1991 es uno de los fenómenos astronómicos más espectaculares que han podido observarse en CDMX.

Para que un suceso así se produzca, deben ocurrir varias casualidades. No solo deben alinearse el Sol, la Luna y la Tierra (desde el punto de vista de quienes lo presencian). Además, esto debe ocurrir en un punto en el que la Luna, 400 veces más pequeña que el Sol, se encuentre en su punto más cercano a la Tierra. Solo así puede ocultar de nuestra vista al astro.

Todos estos factores coincidieron el 11 de julio de 1991.

Así se veía el cielo de CDMX en el eclipse total solar de 1991
Así se veía el cielo de CDMX en el eclipse total solar de 1991. / Foto: UNAM Global

¿Cómo fue el eclipse total solar en CDMX?

Eran las 13:31 horas cuando el día se volvió noche. El cielo se oscureció durante 6 minutos con 51 segundos. mientras casi todo el mundo presenciaba cómo la Luna cubría al sol.

Muchas personas acudieron a las Pirámides del Sol y la Luna para apreciar el eclipse en Teotihuacán. En cambio en CDMX, otras prefirieron fabricar sus propios lentes de filtro solar, sacar sus telescopios o hacer artefactos caseros de observación.

Eclipse 1991 cdmx
Foto: UNAM Global

Las autoridades habían advertido que mirar el eclipse directamente podría ocasionar la pérdida de la vista. Los medios de comunicación, por su parte, invitaban a ver el eclipse “de forma segura” a través de sus transmisiones.

De uno u otro modo, casi todo el mundo se las ingenió para ver el eclipse.

Casi todo el mundo… porque mientras la mayoría observaba el eclipse, algunas mujeres se escondían de él.

Pero ¿por qué alguien querría perderse un momento tan único que no se ha repetido 32 años después?

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Lxs niñxs del eclipse

Una creencia arraigada en varias comunidades del país es que si una mujer embarazada mira directamente un eclipse, su bebé nacerá con labio leporino.

Por ello, en los hospitales de CDMX muchas mujeres decidieron perderse el eclipse voluntariamente. “Nos decían que no nos asomáramos a la ventana y que nos pusiéramos un cinturón de clips para proteger al bebé”, cuenta María del Carmen Martínez.

Esta creencia llegó a ser tan difundida que las autoridades sanitarias en México realizaron una investigación al respecto. El doctor Roberto Castro publicó un estudio titulado “La lógica de las creencias tradicionales en salud: eclipse y embarazo en Ocuituco, México”.

La idea de que un eclipse podría causar que un bebé nazca con deformidades se asocia a la sombra que se produce durante un eclipse, como si el sol estuviera ‘mocho’. También se relaciona a la figura de un conejo en la luna, que supuestamente escapa durante el eclipse. Los hocicos de los conejos se asemejan a la forma que adopta la boca de las personas con labio leporino.

En los días previos al eclipse, las autoridades sanitarias realizaron campañas informando sobre los mitos acerca del eclipse, y también acerca de sus riesgos. Pero muchas mujeres prefirieron ni siquiera arriesgarse ante una mínima posibilidad.

Lxs niñxs del eclipse hoy tienen casi 32 años y esa historia les une de por vida.

Eclipse de 1991 en CDMX
Foto: UNAM Global

Personas dañaron su vista por observar el eclipse

Quienes en cambio sí se arriesgaron a pesar de las campañas de salud fueron 21 personas que presentaron problemas de la vista por observar directamente el eclipse, pese a las recomendaciones de no hacerlo.

En 1992 un grupo de médicos mexicanos publicaron el informe “Estrategia para prevenir los daños a la salud ocasionados por la observación del eclipse solar en México”.

“Las dependencias del Sistema Nacional de Salud se integraron en una estrategia de prevención de riesgos y daños a la salud que implicó la elaboración de una norma técnica para la elaboración de filtros de radiación solar; difusión de medidas de tipo preventivo a través de medios de comunicación; establecimiento de una red de atención oftalmológica y un sistema de vigilancia epidemiológica que dio como resultado la detección de 21 casos leves de retinitis solar, los que al cabo de cuatro meses de seguimiento recuperaron la función visual“, se lee en el informe.

Foto: UNAM Global

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