Si algo nos dejó el temblor del 19 de septiembre pasado fueron imágenes de la enorme solidaridad mostrada por cientos de chilangos, quienes no lo pensaron dos veces antes de salir a ayudar a las víctimas y en las labores de rescate… pero no faltaron ejemplos de que también se puede lucrar con el sismo.

Otro de los ejemplos negativos: jefes gandallas que obligaron a asistir a oficinas dañadas

En medio de nuestra cobertura de las diferentes zonas dañadas por el desastre, documentamos que algunos buscaron hacer negocio en medio de la tragedia, ya sea aprovechándose de la situación de quienes se quedaron sin casa u ofreciendo sus servicios (con el riesgo que implicaba) para entrar a lo que quedaba de los edificios colapsados.

Concretamente en la colonia Cuauhtémoc, el edificio de departamentos marcado con el número 45 en la calle Río Lerma quedó con daño estructural y los inquilinos tuvieron que desalojar sin poder rescatar sus pertenencias el día del sismo.

Cuando volvieron un día después, se encontraron con la noticia de que hay muchas posibilidades de que el inmueble sea demolido y debieron hacer un último esfuerzo para sacar muebles, ropa y demás artículos. La mudanza del mercado de la colonia se acercó a ofrecer sus servicios… pero con costos de $5,000, cuando la tarifa normal oscila entre $2,000 y $3,000 por trasladar un sillón o la mesa del comedor.

Una noche de rumores: ¿había o no sótano en la fábrica de la Obrera?

Otro ejemplo de cómo algunos pudieron lucrar con el sismo ocurrió en las inmediaciones del Parque México, donde los inquilinos afectados por el derrumbe de sus edificios esperaron a que se retirara personal de Protección Civil para tratar de recuperar sus cosas.

Sin embargo, no estaban dispuestos a hacerlo ellos, menos aún cuando uno de los ahora damnificados no resistió ver el estado en que quedó el inmueble (paredes derrumbadas, varillas expuestas, hoyos en el piso y el techo) y vomitó en cuanto estuvo afuera.

La opción fue ofrecer $300 pesos a los voluntarios que se atrevieran a subir al tercer piso por muebles, electrodomésticos y ropa… y por supuesto que hubo quien se apuntó.

Y en las ferreterías cercanas a las zonas de desastre, como las colonias Roma y Condesa, artículos como palas, picos, guantes y cascos comenzaron a escasear para las labores de rescate desde el 19 de septiembre y en las ferreterías que los tenían en existencia nos reportaron precios superiores a los habituales.

¿Tienes algún otro caso de cómo alguien más logró lucrar con el sismo? Compártenoslo en Twitter y Facebook.