Aunque aún no llega toda la banda hipster a gentrificar esta zona y todavía se encuentra habitada por varios indigentes y prostitutas, este parque de la Tabacalera —atrasito del Museo de San Carlos— oculta un secreto sumamente chairo.

Rodeado de edificios encantadores y un par de hoteles de paso que en cualquier momento se van a convertir en hostal boutique, los primeros invasores del área son Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro. Así es: los héroes máximos del chairismo latinoamericano ocupan una cómoda banca de la plaza mientras unos chavos duermen en el piso.

¡Qué tranza, Che! Foto: Tamara de Anda

Esta flamante banca-escultura acaba de ser inaugurada por el no tan flamante delegado de la Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quien aprovechó para tomarse la foto con los ídolos de la izquierda y, acto seguido, se convirtió en meme. También le llovieron críticas, porque, a la larga, la Revolución Cubana no resultó tan hermosa como imaginaron estos barbudos fumadores y los derechairos ya hasta andaban comparando esta obra con la estatua de Aliyev. Para beneplácito de sus detractores, el escultor Óscar Ponzanelli se pasó de lanza y los dejó bien feítos. Fidel se parece a Santoclós y el Che le da un aire a Fernández Noroña. ¡Ups!

Para contrarrestar la solemnidad habitualmente asociada a estos personajes, las posibilidades de foto vaciladora son infinitas: el Che con playera del Che (¡Cheception!), Fidel leyendo un libro de emprendurismo o el de consejos de belleza de Yuya, ambos sosteniendo botellas de Coca-Cola, fajos de dólares de juguete o un balón del América. Trae tu utilería. Pero hazlo con todo respeto, ¿eh?

Una dupla inmortal. Foto: Tamara de Anda

La obra está en el Parque Tabacalera, en Miguel Ramos Arizpe e Ignacio Mariscal. Las pusieron aquí porque a un par de cuadras, en el número 49 de la calle José de Emparán, fue donde estos dos hombres se conocieron en 1955. Es un edificio de departamentos donde hoy, seguramente, ya hay unos Airbnb bien mamalones. Qué caray con el capitalismo desbocado. ¿Qué hubieran hecho el Che y Fidel ante la economía colaborativa? Quizá invocándolos junto a sus versiones metálicas obtengamos alguna respuesta revolucionaria.