Hoy estrena una de las cintas más esperadas del año en el catálogo de Netflix: Historia de un Matrimonio, protagonizada por Adam Driver y Scarlett Johansson. Te contamos por qué te vas a poner a llorar durísimo.

Aunque el divorcio, la ruptura, y la patria protestad de un hijo, pueden ser un lugar común en el cine, el retrato que hace Noah Baumbach en pantalla, logra que los actores exploten al máximo las emociones que suponen la vida de Nicole y Charlie, personajes interpretados por Driver y Johansson.

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Cuando leíamos hace poco que El Irlandés era tan larga —aburrida— que los usuarios tenían que verla en pausas, no es nada comparado con Historia de un Matrimonio. Durante el proceso de separación y el descubrimiento de lo qué hay cuando el amor termina, no sabrás en qué momento parar la cinta, y llorar a moco tendido.

Ambos actores llevan la relación, cada vez más tóxica, entre una actriz y director a matices que terminan explotando y explorando de forma magistral. Sí. La familia perfecta no existe. Es verdad que los hijos son los que sufren más en una separación y el pequeño Henry adentra al espectador a una subtrama interesante de analizar en los divorcios: ¿Qué parte debe quedarse con la custodia de los hijos?

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Quizá suponga algunas nominaciones en el Oscar por dirección, actor, actriz y guión adaptado. Quizá no. Lo cierto es que Noah Baumbach logra llevarnos a un lugar incómodo para develar cerca del tercer acto que después de una gran tormenta impera la calma y la paz. Imperdible del fin de semana para quedarse en casa con una frazada y bote de helado como compañía.