Recordar es volver a vivir, por eso nos pusimos algo melancólicos a pensar en los lugares del Centro Histórico que ya no existen, pero que se robaron nuestro corazón. Entre restaurantes, cantinas, clubes y hasta pasajes para echar el novio, surgieron memorias de una ciudad que ya no es. Cada mañana despierta siendo completamente distinta, manteniendo su esencia, pero siempre azotada por el implacable paso del tiempo.

Hoy te traemos algunos de los lugares emblemáticos del Centro Histórico que recordamos con harto cariño, ya sea porque los vivimos en carne propia, o desde las palabras de alguien. ¿A ti te suenan familiares? ¿Cuáles crees que falten?

Lugares del Centro Histórico que ya no existen

Hostería de Santo Domingo

En la fachada del edificio un enorme listón con la leyenda “Hostería de Santo Domingo” daba la bienvenida a los comensales. Era imposible no voltear a ver este restaurante, sus enormes muros rojizos y balconcillos con flores invitaban a los transeúntes a escapar del caos del centro con una llenadora comida. Eso sí, sus chiles en nogada eran el platillo estrella que todos debían probar.

La Hostería de Santo Domingo observó la ciudad durante 161 años, llevándose el título del restaurante más antiguo de la ciudad. Abrió en agosto de 1860 —¡ya llovió!—, cuando servía a la crema y nata de la época. Vivió el Segundo Imperio, el Porfiriato, la Revolución; fue frecuentado por Salvador Novo, Agustín Lara, Lola Beltrán y un sinfín de personalidades. Sin embargo, cerró sus puertas en 2021 debido a la pandemia y a la creciente gentrificación de la zona.

Se encontraba en: Belisario Domínguez #72,colonia Centro Histórico. En la Plaza de Santo Domingo

Te podría interesar: Los mercados de comida mejor calificados en el centro de la CDMX

Café Río

¿Se acuerdan del Café Río? Ese rinconcito en el Centro donde podías disfrutar de una buena taza de café acompañada de un pay de dátil o su pastel de higos. ¡Uffa! Durante 60 años este lugar se convirtió en uno de los oasis para leer un buen libro o tener pláticas larguísimas cobijadas por delicias árabes. Sí, también era una probadita de medio oriente en la Capirucha.

Doña Gema Serna Hauayek estaba a cargo del Café Río desde hace más de 50 años. Era un negocio familiar. Su clientela aplaudía el delicioso sazón con el que preparaba el kepe charola, arroz con fideos y el pastel de berenjena. ¡Ni decir de sus postres! El cierre por pandemia golpeó duró al emblemático lugar, el cual siguió ofreciendo comida bajo pedido. Pero la gentrificación que azota el Centro Histórico fue el punto de no retorno.

Se encontraba en: Donceles #86, colonia Centro Histórico

La Vaquita

Las tardes en La Vaquita pasaban de volada con una torta y un trago en mano. ¡Qué digo las tardes! Desde las 11 de la mañana este lugar recibía a estudiantes, trabajadores y paseantes con buena plática, comida, Perros Salados —su famoso trago de tequila, agua mineral y limón— o lo que necesitaran. Entre sus columnas de espejo y los mosaicos guardaba cientos de historias, hasta la leyenda de que Cantinflas trabajó aquí.

Esta cantina tradicional abrió sus puertas en 1920, aunque algunos dicen que su historia comenzó unos años antes ofreciendo servicio a puerta cerrada. En plena post revolución se dedicó a saciar la sed de la mala de todo aquel que pudiera pagar un trago y así continuó hasta el 2021, cuando un letrero de “Se Renta” fue colgado en la cortina de entrada. Se extrañan sus tortas bien hechas, pero más al servicio que tan entrañablemente te recibía. Y sin juzgar aunque pidieras una cubita al medio día.

Se encontraba en: Mesones #54, colonia Centro Histórico

Checa también: La calle más antigua de México y América se encuentra en la CDMX

El Hórreo

Un hórreo es una estructura utilizada en el norte de España utilizada para almacenar granos, pero hace varias décadas llegó a la CDMX para convertirse en un restaurante gallego tradicional. En la esquina de Dr. Mora, a un lado del emblemático Edificio Trevi, se encontraba este sitio donde se servían paellas, fabada, morcilla, calamares en su tinta y demás delicias del Mediterráneo.

Visitar El Hórreo era como viajar en el tiempo. El mobiliario permanecía fiel al diseño original, con las paredes tapizadas en madera, detalles en dorado y mesas de manteles largos y rojos. Los fines de semana había música en vivo, boleros principalmente, y la gente se sentaba a platicar tomando aperitivos sin parar. Como a los otros, se lo llevó la pandemia y las rentas exorbitantes del Centro, pero su recuerdo permanece.

Se encontraba en: Dr. Mora #11, colonia Centro

Kashbah Le Club

Antes del hype nocturno de la calle República de Cuba, los sitios para disfrutar de shows drags y desinhibirse bailando, eran contados. Kashbah Le Club fue uno de los más sonados en los dosmiles ya que la fiestota que armaban era legendaria. Inicialmente estaban en el Centro, pero por ahí de 2014 se mudaron a un par de calles sobre Bolívar, en la Obrera. Este fue el resurgimiento del club que nos recordaba al cine de ficheras.

Sus puestas en escena eran espectaculares, los vestuarios, música y arreglos te transportaban a otra época. Más que drag, era una obra de teatro de la cual los comensales éramos participantes, aquí venías a bailar, a llorar las penas y también a pescar uno que otro ligue. ¡Ay, qué recuerdos! El telón volvió a cerrarse en 2020, dejando un enorme vacío en los corazones fiesteros, pero tenemos la esperanza de que vuelva a renacer de entre las cenizas como lo hizo una vez.

Se encontraba en: Simón Bolívar #285, colonia Obrera

No te pierdas: Estos son los 5 negocios más antiguos de la CDMX

Pasaje Iturbide

Aunque muchos asociamos el Centro Histórico con el pasado colonial, lo cierto es que también tiene mucho de la modernidad europea del siglo XIX, como sus pasajes. En sus calles aún es posible encontrar pasajes comerciales que cruzan de una calle a otra, mientras que en su interior hay todo tipo de negocios y locales comerciales. Aunque unos sobreviven, otros más cerraron como el Pasaje Iturbide.

Este se encontraba en la calle de Gante y debía su nombre a la estatua de Agustín de Iturbide que se encontraba en el pasillo central. Era un pasaje de estilo art deco, con locales muy geométricos y murales que decoraban las paredes. Había cafeterías para romancear, librerías de especialidad y otros changarros que ofrecían todo tipo de productos.

Se encontraba en: Gante #6, colonia Centro Histórico

lugares centro histórico ya no existen

¿Cuántos de estos icónicos lugares del Centro Histórico que, tristemente, ya no existen, tuviste la fortuna de conocer?

Mira acá: ¡Pásele, güerita! Estos son los mercados abiertos más antiguos de la CDMX