Encumbrado en el poniente chilango, el Ex Convento del Desierto de los Leones constituye uno de los secretos mejor guardados de la capital. Al interior de este silencioso sitio, en el que se respira naturaleza e historia a cada paso, existen numerosos atractivos que no querrás perderte durante tu próxima visita. ¿Quieres saber de qué hablamos? Aquí te contamos todo sobre este enigmático recinto y sus inesperados secretos.

Ex Convento del Desierto de los Leones: ¿Quién lo construyó?

La historia de este lugar se remonta al siglo XVII, cuando las comunidades carmelitas buscaban un sitio adecuado para aislarse de la civilización y entregarse al silencio de sus meditaciones. Fue así como eligieron esta zona boscosa del poniente, conocida entonces como Desierto de Nuestra Señora del Carmen de los Montes de Santa Fe.

El convento, cuya construcción arrancó en 1605 y concluyó seis años después, siguió los principios arquitectónicos dispuestos para la orden carmelita, tales como la austeridad, la utilidad y la armonía. Al interior del lugar se contaba con numerosas celdas, una biblioteca, cocina, lavandería y claustro, entre otros espacios idóneos para la vida religiosa.

Sin embargo, a inicios del siglo XVIII un temblor azotó la zona y causó estragos en toda la ciudad; por este motivo, el lugar fue demolido y reconstruido bajo la dirección del arquitecto José Miguel de Rivera Saravia (quien también realizó el afamado Colegio de las Vizcaínas).

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Transcurrió poco tiempo desde ese entonces y la comunidad carmelita se retiró del convento. Pronto el lugar se convirtió en cuartel durante la Guerra de Independencia y, más adelante, la construcción cayó en el abandono total. No fue sino hasta 1876 cuando la zona fue nombrada reserva forestal y, en 1917, recibió el título del primer Parque Nacional de nuestro país.

Con el paso del tiempo, el lugar pasó a ser conocido como Desierto de los Leones. Este nombre ha dado origen a diversas leyendas, pero en realidad alude a lo solitario del bosque y a la familia León que antiguamente administraba la zona.

Capilla de los secretos, el sótano y otros secretos del recinto

Al interior del convento encontrarás espacios expositivos como el Museo de Emiliano Zapata y el Museo Bicentenario, donde conocerás más sobre el periodo revolucionario, además de la historia y la biodiversidad del bosque. Sin embargo, hay muchas otras secciones del convento que se han convertido en auténticos atractivos para sus visitantes gracias a su peculiar energía y encanto.

Para que no te olvides de visitar estos espacios en tu próximo recorrido, a continuación te enlistamos algunos de los puntos más relevantes.

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Capilla de los Secretos

Se trata de una pequeña construcción adjunta al convento, cuya forma convexa te permite comunicarte a través de las paredes; en efecto, al hablar en dirección a las aristas de los muros, la voz recorre la parte alta del recinto y aterriza en el extremo opuesto. De este modo, los monjes carmelitas intercambiaban algunas palabras sin establecer contacto visual y sin romper sus votos de silencio.

Actualmente, este efecto auditivo continúa vigente en la capilla y puedes comprobarlo al susurrar algo desde los hoyos localizados en cada una de sus paredes.

El sótano

Si te consideras muy valiente, no puedes irte del lugar sin recorrer el sótano del convento, también conocido como el “laberinto oscuro” o “catacumba”. Este sitio se esconde bajo el claustro y fungía originalmente como un almacén de agua; no obstante, numerosas leyendas aseguran que allí han tenido lugar varios eventos espeluznantes.

Por un lado, se dice que este lugar era un sitio de castigo para los monjes que incumplían los votos de su orden religiosa; por otro lado, aseguran que en este sitio enterraron varios cuerpos durante la época independentista, además de que allí habrían resguardado a algunos presos de la Revolución.

Las ermitas del convento

Aunque cada monje contaba con una celda en el convento, también existían pequeñas ermitas en los alrededores del convento, las cuales fueron diseñadas para brindar un aislamiento más profundo a aquellos religiosos que lo desearan.

Cada ermita se encontraba escondida en un punto distinto del bosque y estaba consagrada a un santo diferente. De hecho, se dice que la ermita de San Juan Bautista fue colocada en el sitio exacto en el que un monje presenció su milagrosa aparición.

Si quieres conocer cómo eran estas construcciones, te contamos que algunas de ellas siguen en pie y la primera de ellas se encuentra a unos cuantos pasos del Ex Convento, justo en dirección a la puerta principal.

¿Ya conocías la historia del Desierto de los Leones, un asombroso lugar en el poniente capitalino? Si te gusta la historia y quieres saber más sobre otros recintos chilangos, no te vayas sin echarle un ojo a: Historia del claustro medieval en CDMX que fue traído desde España.