A mediados del siglo XX, una mujer conmocionó a la sociedad mexicana y se convirtió en objeto de repudio para la población capitalina. Hablamos de Felícitas Sánchez, a quien la prensa bautizó como “la Ogresa de la Roma” por realizar abortos clandestinos en su domicilio; además de ello, fue señalada como asesina serial y traficante de menores. ¿Ya conoces su historia? Prepárate, porque aquí te contamos todos los detalles.

¿Quién fue Felícitas Sánchez, la Ogresa de la Roma?

Existen pocas certezas sobre la vida de Felícitas: Sabemos que nació en Veracruz durante la última década del siglo XIX; estudió enfermería, se casó con un tal Carlos Conde y se desempeñó como partera. Aunque estos son los únicos datos que tenemos con seguridad, lo cierto es que el tiempo le ha añadido muchos detalles espeluznantes (¿e inciertos?) a su historia.

En efecto, dicen que Felícitas mostró un carácter malévolo desde su infancia; disfrutaba de torturar animales y aborrecía a la maternidad, porque había sufrido maltratos por parte de su madre. También aseguran que tuvo dos hijas gemelas; como no deseaba cuidarlas, le propuso a su esposo ponerlas a la venta. Así lo hicieron, pero su matrimonio se vio muy afectado por ello y pronto se divorciaron.

Como quiera que sea, Sánchez decidió mudarse a la colonia Roma de la CDMX en la década de 1930 y, además de atender partos, comenzó a practicar abortos para quienes acudían en su ayuda. Por supuesto, esta actividad estaba muy penalizada en su época y debía realizarla en secreto al interior de su domicilio, ubicado en el número 9 de la calle de Salamanca, en la colonia Roma.

Paulatinamente, la popularidad de Felícitas comenzó a llamar la atención de quienes habitaban en el mismo edificio, ya que al lugar acudían mujeres adineradas que podían atenderse en una clínica bien establecida.

Asimismo, notaban que las tuberías del inmueble se tapaban con mucha frecuencia y que ocasionalmente salía un humo negro de su departamento. La realidad era que Sánchez realizaba abortos sin importar los meses de gestación y se deshacía de los fetos por medio del inodoro o de la incineración casera.

Tráfico de menores y otras acusaciones

Al darse cuenta de que muchas mujeres no podían hacerse cargo de sus bebés, Felícitas decidió ofrecerles una alternativa y se comprometía a conseguirles una buena familia. Así pues, se dice que comenzó a traficar con infantes y a generar mayores ingresos con sus actividades clandestinas.

Es en este punto donde se narran los crímenes más atroces de Felícitas. De acuerdo con los hechos, ella no sentía ningún afecto hacia los bebés que estaban a su cargo; por el contrario, aseguran que solía torturar y matar a todos aquellos menores que no lograba vender. Además, hay quienes afirman que los alimentaba con comida putrefacta o que los bañaba en agua helada. 

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Así transcurrieron varios años, durante los cuales fue detenida dos veces mientras intentaba vender bebés. A pesar de tratarse de una acusación grave, solamente pagó una multa y pudo regresar a sus actividades.

Felícitas es descubierta

Transcurría el año de 1941 cuando las tuberías de su edificio habían vuelto a taparse; un plomero acudió al lugar y, aterrorizado, descubrió en el drenaje unas pequeñas piernas, gasas ensangrentadas y un pequeño cráneo humano.

De inmediato alertó a las autoridades, quienes entraron al departamento de Felícitas y encontraron huesos humanos, ropa de bebé, un altar con velas y fotografías de infantes, además de muchas gasas y algodones. Cuando realizaron este descubrimiento, ya era muy tarde, porque Felícitas había escapado. 

Pasaron tres días desde su búsqueda cuando lograron dar con su paradero, el 11 de abril de 1941. Junto a ella se encontraba su amante, Roberto Covarrubias, así como su hija pequeña, de tan solo dos años. También detuvieron al plomero, quien se declararía cómplice de Felícitas.

Tras su detención, tanto Roberto como el plomero dieron su testimonio a las autoridades y relataron las diversas formas en que la mujer solía torturar, matar y descuartizar a sus víctimas. Asimismo, aseguraron que no habían declarado con anterioridad, ya que sentían un temor muy profundo hacia ella.

La respuesta de la prensa no se hizo esperar y, en esos días, surgieron múltiples apelativos en contra de Felícitas, tales como “la Ogresa de la Roma”, “la Trituradora de Angelitos” o la “Espanta-Cigüeñas”. Junto a estos sobrenombres, aunado al machismo de la época, diversos medios hicieron hincapié en el físico de la mujer para resaltar la maldad de sus acciones.

Condena y muerte de Felícitas

Cuando finalmente llegó a prisión, Felícitas experimentó un colapso mental y tuvo varios episodios de comportamiento infantil; los medios, que ya la habían nombrado asesina serial, se encargaron de usar estos hechos para reforzar su imagen como psicópata.

A pesar de que se había hablado de más de 50 infanticidios, Sánchez solo fue procesada por crímenes menores, como aborto e inhumación ilegal. Asimismo, habían desaparecido el cráneo humano y el resto de pruebas que la inculpaban en crímenes como homicidio. De este modo, salió de la cárcel en tan solo tres meses, lo cual indignó por completo a todo el país.

¿Por qué dejarían libre a una mujer responsable de tantos asesinatos? Dicen que el abogado de Felícitas amenazaba con hacer pública la lista de clientas que acudían a realizarse abortos, además de dar a conocer los nombres de quienes sostenían su red de tráfico de menores, incluyendo familiares de altos mandos políticos. 

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Si bien había logrado librarse de la prisión, Felícitas sabía que no podría vivir tranquila en medio de una sociedad que la odiaba. Abrumada por este peso, se quitó la vida con una sobredosis de Nembutal el 16 de junio de 1941. 

Hasta la fecha, existen muchas dudas acerca de los crímenes que verdaderamente cometió esta mujer; tal como ella misma afirmaba, solo atendía a mujeres que acudían voluntariamente en busca de sus servicios para la interrupción de su embarazo.

Lo que sí es un hecho es que la prensa de aquel entonces (y de la actualidad) la han descrito como un verdadero monstruo. Además, la gente la consideraba una bruja que realizaba actos satánicos. ¿Tú qué opinas de la historia de “la Ogresa de la Roma”? 

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