La antesala del inframundo nunca había sonado tan musicalmente bien como lo hace en la Cueva de Cincalco. Y es que el secreto mejor guardado de Chapultepec, que se traduce del náhuatl como “Cerro de Chapulín” o “Chapulli”, ¡es que la entrada al Mictlán se encuentra ¡a solo unos pasos del Audiorama del Bosque de Chapultepec! ¡Sí, ese mismo Audiorama a donde puedes ir a escuchar musiquita y leer tu libro consentido! La entrada al inframundo –o del mexica Mictlán– se encuentra en el corazón de Chapultepec.

“Cincalco” —que en náhuatl significa “casa de mazorcas”— es el nombre de la caverna que se encuentra a un costado de este espacio diseñado especialmente para el deleite de tus oídos. Pero seguro nadie te había dicho que también esta misma cueva es la puerta de entrada al inframundo. ¡Y no solo eso! La Cueva de Cincalco era considerada por los mexicas y toltecas como un sitio sagrado. ¿Conoces el origen de esta leyenda histórica?

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Cincalco, sepulcro de Huémac

Ubicada en lo que solían ser las faldas del Cerro de Chapultepec, la Cueva de Cincalco formó parte de la historia del México antiguo desde 1162 –en el tiempo mexica sería el año 7 Conejo– cuando el último gobernante tolteca llamado Huémac, se internó en la caverna ¡para no salir jamás su interior! ¡¿Por qué lo hizo?! Fue el arrepentimiento lo que lo motivó finalmente a cometer este tipo de suicidio.

Cuenta la leyenda que cuando Huémac gobernaba en Tula, Hidalgo, un día de esos lluviosos y característicos de la temporada veraniega se encontró con los “tlaloques” las cuales eran criaturas de la cosmogonía tolteca que estaban relacionados directamente con la lluvia. Fue entonces que cuando se los topó acordó competir en un juego de pelota en su contra.

Los tlaloque cuestionaron a Huémac y le preguntaron qué es lo que él deseaba obtener a cambio si resultaba victorioso, a lo que respondió –confiado de sus habilidades en dicho deporte– que querría cuentas de jade, plumas de quetzal y demás riquezas materiales. Los tlaloque aceptaron. Y Huémac ganó. Pero los tlaloque le ofrecieron en cambio, mazorcas de maíz. Huémac se disgustó y exigió la recompensa que él había solicitado. Los tlaloques se ofendieron por su rechazo y lo castigaron con una sequía de 4 años.

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Entrada al Mictlán y manantial mágico: In xochitl in cuicatl

¿Pero cómo se relaciona esta historia con la Cueva de Cincalco y la entrada al inframundo en Chapultepec? Ah… lo que no te hemos contado es que este lugar era sagrado porque además era un manantial. Y como manantial era el acceso ideal para rendirle tributo y solicitarle favores al dios Tláloc. Pero como los tlaloques se ofendieron a partir del rechazo de Huémac, el gobernante tolteca regresó 4 años después de esa fatal sequía a la Cueva de Cincalco en el Bosque de Chapultepec a solicitarle a los tlaloques que despojaran a su territorio de esa maldición a cambio de su vida.

Tras esos cuatro años y a consecuencia de la sequía su pueblo se vio severamente afectado. Así que volvió con los pocos sobrevivientes al Bosque de Chapultepec. Cuentan que se quitó la vida al interior de la cueva, mientras que otras versiones señalan que simplemente entró y no volvió a salir. Siglos después, en 1519, después de la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlán, Moctezuma II intentó huir por la misma gruta pues era un camino directo al Mictlán. Entrar al infierno y hablar con Mictlantecuhtli era lo único que lo salvaría de la caída del gran imperio mexica.

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Todavía hoy, y desde tiempos inmemoriables, devotos y expertos politeístas acuden a la entrada de la cueva de Cincalco para dejar alguna ofrenda al dios Tláloc o para prender una veladora que pueda iluminar el camino de regreso de quienes atravesaron ese portal al inframundo. Ofrecen luz a los espíritus que la necesitan para caminar esa travesía sombría. Sin embargo, el acceso al interior de la caverna está restringido, así que solo podrás ver la entrada al Mictlán desde afuera, desde el Audiorama.

Visita la Cueva de Cincalco dentro del Audiorama del Bosque de Chapultepec de martes a domingo de 09:00 a 16:00 hrs. Ahí encontrarás a Carlos Hernández y Fernández, quien desde hace más de 36 años resguarda este lugar. De él podrás conocer más detalles de esta leyenda. ¡Uy! Por último te contamos también que la leyenda relata que este lugar podría albergar el tesoro perdido de Moctezuma. ¡Ahí nomás para que te des un quemón!

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