Pocas cosas nos fascinan tanto como la magia, lo desconocido, lo paranormal. ¡Y por supuesto que la Ciudad de México, con siglos de historia y sus millones de habitantes tiene guardadas muchísimas de estas leyendas! Una de las más escalofriantes y conocidas en la capital es la de la llamada ‘Casa de la Tía Toña’.


¿Qué es lo que cuenta esta historia?

La historia de la  Tía Toña tiene varias versiones. La más famosa cuenta que fue esposa de un comerciante muy acaudalado, quien al fallecer le habría heredado todos sus bienes. Antonia había sido bendecida en lo económico, pero no así en otros rubros: durante años quiso tener hijos, pero jamás lo logró.

Es por eso que, luego de enviudar, se recogió en soledad en una enorme casona construida en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec a llorar su tristeza. Su ostentosa casa llamó la atención de niños en situación de calle, quienes se reunían a su puerta a mendigar. Primero les daba solo comida, pero después, al reflexionar que era una casa demasiado grande para ella sola, optó por convertirla en una suerte de orfanato improvisado. Esa decisión fue la que la llevó a la desgracia, no solo a ella, sino a los niños. 

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Un destino fatal y el nacimiento de una leyenda

A pesar de que no existen registros que den cuenta de que este orfanato existió, ni siquiera de si la Tía Toña —como cariñosamente la llamaban los niños a los que daba cobijo— haya sido real, esta leyenda ha persistido por años. Tal vez lo que la haga tan poderosa es la violencia que conllevó su final.

Se dice que aunque la Tía Toña era amorosa y no escatimaba en cuidados con los niños, estos no eran bien agradecidos y algunos de ellos escapaban, robándole joyas y otras preciadas pertenencias. Un día ella los encontró “con las manos en la masa” y los castigó a punta de cinturonazos. Pero esto no fue todo. Ciega de ira por lo malagradecidos que habían sido los niños, después de fingir que los había perdonado, preparó una comida a la que le puso veneno, y la sirvió de la misma manera en que hacía todos los días. Los menores la comieron y murieron al instante. 

Cuando volvió en sí después de su arrebato de furia y se dio cuenta de lo que había hecho, la Tía Toña tomó los restos de la comida y los ingirió ella también, sellando su propio destino. Se dice que desde entonces el espíritu de la Tía Toña ronda aquella enorme casona, y que todo aquél que se atreva a perturbar su descanso o molestarla en su casa, sufrirá una muerte segura. 

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Entre la verdad y la mentira

Como ya se indicó, no existe bibliografía o registros formales que den soporte a la historia más allá de la tradición oral. Lo que sí es cierto es que una casona enorme existe enclavada en el corazón de Chapultepec. La casona está rodeada de un barranco, por lo que llegar a ella es prácticamente imposible a menos que sea por la puerta frontal, que corresponde al número 199 de la calle Cumbres de Acultzingo, en la colonia Lomas Altas de Chapultepec.

Para querer desentrañar el misterio tocamos a la puerta, donde nos respondió una persona de servicio. Él nos contestó a través de una puerta de madera no estar autorizado para dar entrevistas, y que el señor —el habitante actual de la casa— se encontraba “muy ocupado”. 


Lo que sí es cierto es que por la parte posterior, en la calle marcada como Joaquín Clausell sin número, sí puede verse una casona enorme. Al acercarse se puede ver una cortina desgarrada que le confiere un aire tétrico, pero también algunos elementos que no corresponderían a una casona abandonada, como varias antenas de televisión satelital. Es exactamente la misma imagen que ustedes encontrarían al googlear “Casa de la Tía Toña”, una leyenda urbana que aún hoy sigue fascinando a muchxs. 

Con cuidado, banda chilanga

Hay que tomar en cuenta que, si bien a muchxs nos llama la atención el lugar, puede ser peligroso ya no por lo paranormal, sino por la ubicación geográfica del lugar. La casona está rodeada por un barranco de unos 30 metros de altura, y un paso el falso podría resultar fatal. De hecho, hay exploradores urbanos que al querer llegar a la casona han tenido que ser auxiliados por la policía y cuerpos de rescate.

Por otro lado, como ya señalábamos, esta es una leyenda urbana y la casa muestra signos de no estar deshabitada. Así que aún si logran franquear el barranco que la circunda, estarían incurriendo en un allanamiento de morada. Mejor véanla de lejitos y se ahorran problemas.

¿Ya conocías la escalofriante leyenda de la casa de la Tía Toña? Si te encantan las historias macabras… no te vayas sin antes echarle un ojo a Ladrones, ahorcados y fantasmas: leyendas de casonas en CDMX.