La antigua México-Tenochtitlán era una maravilla arquitectónica. En 1325, dos siglos antes de la conquista, los aztecas lograron la hazaña de edificar una ciudad sobre el lago de Texcoco y conectar islotes a través de calzadas y avenidas que atravesaban el agua. En la época de la colonia la ciudad se fue construyendo en torno a esas vías, muchas de las cuales todavía existen.

De acuerdo con el artículo “¿Cuántas calzadas comunicaban la ciudad México-Tenochtitlán con tierra firme?”, publicado por el Ibero-amerikanisches Institut de Berlín, el mapa más antiguo de la ciudad data de 1524. Fue impreso por Giovanni Batista de Pedrazzano y publicado por Pietro Savorgnani en Nuremberg junto la segunda carta de relación de Hernán Cortés.

Calzadas y avenidas aztecas
Mapa de México-Tenochtitlán en 1824 / Foto: UNAM

En dicho plano pueden identificarse 6 calzadas y avenidas construidas por los aztecas. El artículo detalla que, de acuerdo con crónicas de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Bernardino de Sahagún, la mayoría de los investigadores coinciden en que al menos 3 de estas vías de comunicación todavía existen.

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¿Cómo era México-Tenochtitlán?

Desde épocas prehispánicas lo que hoy es CDMX ha sido una urbe densamente poblada. Según la historiadora Barbara E. Mundy, especialista en arte latinoamericano y en la cultura azteca, México-Tenochtitlán y sus alrededores tenían una población cercana a 250 000 personas, cifra comparable en la época a la cantidad de habitantes de París.

México-Tenochtitlán era un islote dentro del lago de Texcoco. Para comunicarlo con otros territorios, como Azcapotzalco, los aztecas construyeron calzadas y avenidas de piedra. “Se elevaban por sobre el lecho del lago sirviendo, a su vez, de diques que ayudaban a mitigar las fluctuaciones estacionales del agua alrededor de la ciudad”, explica Mundy.

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¿Para qué usaban los aztecas sus calzadas y avenidas?

Sin caballos en Tenochtitlán, en aquella época las calzadas se transitaban a pie, conformando un sistema de comunicación junto con las canoas que circulaban por los canales. Las calzadas tenían una ancho de entre 5 y 7 metros y una longitud de 8 kilómetros para conectar México-Tenochtitlan con las ciudades que le pagaban tributo. De hecho, por ahí se trasladaban las plumas preciosas, escudos, insignias, oro, gemas, ropas y otros botines de guerra. Los guerreros entraban triunfantes por esas vialidades para que todo el mundo los viera.

Ross Hassig, historiador de la Universidad de Stanford, indica que estos botines y otras mercancías eran transportadas por jóvenes entrenados como cargadores conocidos como tlameme. Los tlamemes eran capaces de llevar cargas de 23 kilos durante viajes de hasta 28 kilómetros.

Las 3 calzadas y avenidas construidas por los aztecas que todavía existen

Irónicamente, fueron estas mismas calzadas las que permitieron a los españoles llegar a México-Tenochtitlan. Tras la conquista, los españoles destruyeron varios templos ceremoniales y realizaron distintas obras arquitectónicas para ir secando paulatinamente el lago de Texcoco. Sin embargo, la nueva ciudad que edificaron siguió el trazado de 3 calzadas construidas por los aztecas que todavía existen:

1. Calzada México Tacuba

La vialidad más antigua de CDMX es la calzada México Tacuba. Desde épocas prehispánicas conectaba es islote de México-Tenochtitlán con las orillas del Lago de Texcoco, más precisamente con la zona conocida como Tlacopan. Esta vialidad fue el escenario de la derrota de Hernán Cortés en la Noche Triste. De hecho, el famoso árbol de la noche Triste en la colonia se encuentra en la colonia Popotla.

Calzadas y avenidas construidas por los aztecas
Pintura del árbol de la noche triste. / Foto: Mediateca del INAH

Actualmente esta vialidad recibe varios nombres, dependiendo del tramo en cuestión: Tacuba, Hidalgo, Puente de Alvarado, Ribera de San Cosme y México-Tacuba. Corre desde el Zócalo capitalino hasta el barrio de Tacuba y en ella se encuentran maravillas arquitectónicas como el Museo Franz Mayer, el Templo de San Hipólito, el Panteón de San Fernando y el Museo Universitario del Chopo.

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2. Calzada Iztapalapa (San Antonio Abad)

Otra de las calzadas y avenidas que construyeron los aztecas y protagonizaron acontecimientos históricos es la calzada Iztapalapa. Fue precisamente por esta vialidad por donde los españoles encabezados por Hernán Cortés entraron a México-Tenochtitlán en 1519.

Representación de la entrada de Hernán Cortés a México-Tenochtitlan. / Foto: UNAM

En el siglo XVII, la vialidad fue renombrada debido a que en ella se edificó el Hospital de San Antonio Abad. Ahora llamada precisamente San Antonio Abad, la avenida conecta Fray Servando y Viaducto, pasando por la colonia Obrera, Tánsito y Asturias, entre otras. En la década de los 70 se construyó sobre ella la Línea 2 del Metro.

Foto: La Ciudad de México en el Tiempo

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3. Calzada del Tepeyac

Finalmente, la tercera de las vialidades construidas por los aztecas y que todavía existen es la actual Calzada de los Misterios. Se construyó para conectar México-Tenochtitlán con el cerro del Tepeyac, en cuyo poblado se encontraba el templo a la diosa Tonantzin. Actualmente conocida como Calzada de los Misterios, conecta Reforma con la Basílica de Guadalupe.

Durante el virreinato sufrió una inundación y fue reconstruida. Además, se construyó un acueducto que seguía la vialidad. Un aspecto que une su pasado con su presente son las peregrinaciones religiosas, antes dedicados a Tonantzin, hoy a la Virgen de Guadalupe.

Peregrinación a la Basílica de Guadalupe en 1950. / Foto: Mediateca del INAH