¡Lucharán dos de tres caídas, sin límite de tiempo! La emoción que se vive en las arenas de lucha libre no pasa de moda: entre la afición gritando enardecida, chelitas compartidas y algunas piruetas voladoras, aquí se comulga con vehemencia a los enmascarados —como diría la Santanera— ídolos de la afición. Aunque se oficializó en 1922, las funciones de este teatral deporte ocurrían desde mediados del siglo XIX, así que lleva un buen rato formando parte de la identidad mexicana.

Nos parece algo trillado decir “es algo que todo mexicano debe vivir al menos una vez en su vida”, pero en este caso estamos totalmente de acuerdo. No importa que no sea lo tuyo, lo que pasa en la arena, se queda en la arena y más vale sacudirte la desidia para ir a conocer el fantástico ambiente del ring. ¿Estás listo? Hoy vamos a darnos un clavado pugilista para conocer las arenas de lucha libre más perronas de la ciudad y sus alrededores.

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Contexto, plis: Historia de las arenas de lucha libre

Las luchas han existido desde la época prehispánica. Incluso hay registro de esto: algunas esculturas olmecas encontradas en Tabasco muestran lo que parecen ser guerreros enfrentándose en un combate cuerpo a cuerpo, similar a las greco romanas. Con el paso de los años, estos encuentros deportivos han ido evolucionando gracias a varios choques culturales hasta desembocar en el espectáculo teatral, sincronizado y con máscaras de hoy en día. Pero, de acuerdo al INAH, la intervención francesa de 1862 lo cambió todo.

Con la llegada de extranjeros a las grandes ciudades durante el siglo XIX, aumentó la demanda de eventos para el esparcimiento. Los tívolis y cantinas no eran suficientes, así que pronto surgieron las caravanas artísticas donde también se presentaban cantantes, comediantes, bailarines y luchadores. Por ahí de 1863 comenzó a sonar el nombre de Enrique Ugartechea, mejor conocido como “el hombre más fuerte de México”, a quien se le considera como el primer luchador del país.

Era imposible ocultar la creciente popularidad de este espectáculo, y en los primeros años del siglo XX llegó a oídos de Salvador Luttheroth González, ex militar revolucionario de las tropas de Álvaro Obregón. Tras dejar la milicia, Salvador decidió explotar la lucha libre en México, así que tras inspirarse visitando algunos rings en Estados Unidos y conocer a los empresarios de la Arena Nacional en Texas, regresó a comprar un pequeño coliseo donde rara vez se presentaban espectáculos de box. El resto es historia, ya que este lugar es nada más, y nada menos que la grandiosa Arena México.

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Arenas de lucha libre cerca de la CDMX

Arena México (desde 1933)

Corría el año de 1930 cuando surgió en la Capirucha el primer recinto dedicado al boxeo y a las luchas: la Arena Modelo. Pese a las grandes expectativas que se tenían, su paso fue sin pena ni gloria, ya que en sus poco más de dos años de vida apenas y se llevaron a cabo algunas luchas. En 1933 Salvador Luttheroth —ajá, el ex militar—consiguió algunos socios, adquirieron el lugar para remodelarlo y lo reinauguraron con un nuevo nombre: la Arena México. Este momento marcó un antes y después en la lucha libre mexicana, el coloso pretendía realizar eventos cada semana, además de que estaba afiliado a la Empresa Mexicana de Lucha Libre, la CMLL de hoy.

El primer encuentro que se dio aquí fue entre el sonorense Yaqui Joe —campeón mundial de peso ligero— contra el californiano Bobby Sampson —excampeón de la marina estadounidense—. ¿Se imaginan? Traer luchadores internacionales causó un gran revuelo, así que poco a poco se fueron sumando más aficionados. Tantos que para los años cincuenta las butacas de la arena fueron insuficientes. Debido a esto, la arena cerró en 1954 para sufrir otra gran remodelación y tener espacio para recibir a 22,300 personas. ¡Ay, Papantla!

La lucha libre continuó tomando forma, aparecieron movimientos icónicos y también personajes que, más que luchadores, son ídolos mexicanos. Por la Arena México han desfilado el Santo, el Blue Demon, el Rayo de Jalisco, Rolando Vera, el Médico Asesino, el Cavernario…¡la lista sigue y seguirá! También fue sede de los Juegos Olímpicos del 68 —que no se olvida— y hasta set de filmación para las pelis del enmascarado de plata. “La catedral de la lucha libre” continúa recibiendo cada semana a chilangos y extranjeros que disfrutan de este espectáculo, ¿tú cuándo te lanzas a recorrerlo?

Dónde: Dr. Lavista #189, colonia Doctores


La Arena Coliseo (desde 1943)

El auge de la lucha libre mexicana se vivió entre los años cuarenta y cincuenta. En esta época los luchadores eran verdaderas estrellas admiradas por la afición. Nuevamente Luttherot sacó el colmillo y decidió levantar una nueva arena para mandar encuentros más pequeños y balancear la afluencia. Según se cuenta, para construir la Arena Coliseo utilizó 40 mil pesos que ganó jugando a la Lotería Nacional —el verdadero sueño millennial—. Lanota que le permitió añadir aire acondicionado al inmueble con más de 6 mil personas de capacidad.

El 2 de abril de 1943 se llevó a cabo la soberbia inauguración, como la anunciaban los volantes, de la Arena Coliseo. Para calentar los ánimos, la presentación estelar era el encuentro del Tarzan López vs el Santo. ¿Saben quién ganó? Pues el Tarzan, pero el enmascarado de plata no se agüito, ya que esto sólo abrió las puertas a una infinidad de posibilidades pugilísticas en el recinto.

Quizás sea menos sonado, pero no cabe duda que la Arena Coliseo tiene su encanto. Y hasta esconde grandes historias como la del inicio de la rivalidad del Santo y Blue Demon. O la ocasión en que Julio César Chávez boxeó en su ring. ¡Uff! Anécdotas son muchas, pero lo mejor de todo es que continúa coleccionando memorias dignas del recuerdo; así que no dejes pasar la oportunidad de conocer al “embudo de la Lagunilla” y de paso aprender a hacer una hurracarana.

Dónde: República de Perú #77, colonia Centro

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Arena San Juan Pantitlán (1956)

La lucha libre se convirtió en el deporte y espectáculo disfrutado en familia durante la segunda mitad del siglo XX, a lo largo y ancho del país. Para 1992 existía un total de 300 arenas repartidas por todo México en las cuales se disfrutaba de encuentros del CMLL, de la Triple A y también independientes. En Ciudad de México quienes no podían asistir a la catedral de la lucha se conformaban con comulgar en alguno de los nuevos recintos ubicados en los alrededores. Como la Arena San Juan Pantitlán.

El Hijo del Santo, Blue Demon Jr. y Dr. Wagner desfilaron por el ring en sus primeros años. Según cuentan en blogs de algunos aficionados y vecinos de la zona, hace 30 años el esplendor de la Arena San Juan terminó ya, pues lleva ya casi dos décadas abandonada. Por ahí de 2010 comenzó a funcionar sólo como gimnasio, esporádicamente se llevaban a cabo encuentros de box pequeños, pero nada como lo que fue. En 2020 inició una restauración extrema que incluyó temas estructurales, como de fachada, para volver a dar vida al recinto y, aunque estos parecen ya estar terminados, la Arena San Juan continúa cerrada.

Dónde: Avenida José del Pilar León #12, Juárez Pantitlán


Arena Azteca Budokán (1961)

No todas las arenas pequeñas y de barrio han corrido con la suerte de la San Juan, sino que con mucho esfuerzo se mantienen vigentes llevando espectáculos de calidad a los vecinos de la zona. Este es el caso de la Arena Azteca Budokán, un lugar de larga trayectoria pugilista, donde se abren las puertas a las promesas enmascaradas y que es liderado por dos mujerones que, además de administrar, también se suben al ring.

Lo más sorprendente de esta arena es que abrió sus puertas dos años antes de la fundación de Neza, literalmente cuando era un baldío con algunos paracaidistas regados por la zona. Esther León, quien fuera esposa de El Acorazado, fundó esta arena en 1961 para llevar la lucha libre al oriente del Valle de México. Hoy en día junto con Alda Moreno, luchadora conocida como Pequeña Azteca y Tiger Woman, dirigen el ring. Sus funciones incorporan a luchadores poco conocidos que han batallado por escalar a los grandes escenarios, pero quienes no pierden la esperanza y continúan luchando —literalmente— por conseguirlo.

Dónde: Avenida Chimalhuacán #424, Villada, Nezahualcóyotl

¿Cuántas de estas arenas legendarias de lucha libre has tenido la fortuna de visitar? Si te latió este post, no te vayas sin antes ver: ¡Aaaazúcar! Conoce la historia de las dulcerías más antiguas de la CDMX.