Uno llega a los conciertos aún con miedo e incertidumbre. Todo el camino recorrido se nos arrancó y sustituyo con inseguridad. El ritual de un concierto se ve aún torpe e incómoda. Sin embargo la noche especial, la noche eterna de El Mató a un Policía Motorizado nos regresó por unas horas a un lugar mejor, a un tiempo oculto en nuestros corazones.

La banda argentina, tiene una estrecha relación con México. Cada que han visitado el país han acaparado más y más oyentes. Una extraña mezcla de hinchas de fútbol, emos, amantes de la psicodelia argentina, ñoños, y amantes del rock & roll. Todes, conocedores de la amplia carrera y movimientos en cada una de las canciones de El Mató a un Policía Motorizado.

La noche empezó con poca afluencia, parecía todo muy extraño. Como si no fuera a llegar la gente, algunos incautos, otros prevenidos, oscilaban entre la avenida que cerca de la hora estipulada por el boleto, estaba casi vacía. Cómo por arte de magia de un momento a otro el Teatro cobró vida hasta quedar con unos cuantos asientos sin ocupar.

Bastó apenas un acorde, un sonido, para que la gente empezara a cantar y a moverse al ritmo de este kraut humanizado. “Magnetismo” una clásica para abrir de esta banda. Menos de dos minutos fueron los que disiparon la necesidad de les chilangues por un concierto que sufrió varias cancelaciones por una rara/extraña enfermedad que lo detuvo todo.

De ahí en adelante todo fue más mágico que de costumbre. Tal vez la acústica del Teatro, o la premonición de que unas horas después descubriríamos que su país y el nuestro serán rivales en el mundial. Un tratado de paz de aquí a noviembre. Pudo ser la frustración por tanto tiempo esperando a Santiago y compañía. Tal vez nunca lo sabremos, pero canción tras canción aumentaba la euforia de la gente. Pronto nos olvidamos de todo lo que estaba afuera. De todo lo malo que hay en el mundo.

Una noche eterna

El Mató a un Policía Motorizado dicen que todo va a estar más o menos bien… Ni bien ni mal, no hay más de lo que no hay. Los originarios de La Plata, salen y se entregan sin mucha producción más que ejecuciones perfectas y algunas imágenes ocasionales del cosmos, el cual, El Mató también menciona que nos cuida a todos por igual.

Fue poco el dialogo de Santi Motorizado con la gente, como siempre, los shows de El Mató aprovechan casi todo el tiempo. A pesar de eso la banda tenía que pausar por momentos pues el Metropólitan coreaba y alentaba el nombre de la banda. Había un cartel que llamó la atención de Santi: “El Mato a un Policía Motorizado salvaron mi vida”. Muchxs podrán identificarse.

Terminó la noche con “Mi Próximo Movimiento” otro clásico para cerrar, ortodoxo pero siempre aceptado. La banda agradeció y así como así terminó la noche, o al menos eso creíamos. Al salir a la calle, la gente coreaba las canciones, la Policía (motorizada y en camionetas) asechaba cualquier intento de desmán que parecía podía explotar. Al menos a los ojos de la ley. La gente no tomaba en cuenta el operativo, salían extasiados por lo que fue sin duda una de las presentaciones más entrañables y perfectas de El Mató a un Policía Motorizado en la Ciudad de México.

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