Hay muchos lugares para descubrir y visitar en Coyoacán y, sin lugar a dudas, la capilla San Antonio Panzacola es uno de ellos.

Ubicado en el cruce de avenida Universidad y Francisco Sosa, la capilla de San Antonio Panzacola constituye un tesoro colonial que ha sobrevivido con encanto al paso de los siglos.

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Por su belleza, colorido y peculiar tamaño, este recinto barroco ha sido fuente de inspiración para importantes artistas nacionales y diversas leyendas urbanas.

Aquí te contamos más detalles sobre el origen de este hermoso spot de Coyoacán para que te lances a conocerlo en tu próxima visita.

Lugares para visitar en Coyoacán: Conoce la enigmática capilla de San Antonio Panzacola

Al sur de la capital se encuentra esta pequeña —pero pintoresca— construcción religiosa, cuyos orígenes se remontan a inicios del siglo XVIII. Existen varias leyendas sobre su construcción, las cuales suelen datarla mucho tiempo atrás: En efecto, la primera de ellas señala que fue el conquistador Pedro de Alvarado quien ordenó su edificación después de la “Noche Triste” de 1520.

Otra leyenda, mucho más difundida entre habitantes y conocedores de la zona, relata que cerca del lugar vivía una familia de contrabandistas del siglo XVII. Cuando sus crímenes salieron a la luz, le pidieron ayuda a San Antonio de Padua, a quien le prometieron construir una iglesia si los libraba de la cárcel. Milagrosamente, nadie encontró prueba de sus delitos y quedaron salvados; por ello, edificaron este templo en su honor.

Sea cual sea el verdadero origen de la capilla de Panzacola, lo cierto es que fue construida en un punto estratégico de la capital; en efecto, se encuentra a un costado del Puente del Altillo, el cual fungía como puerta de entrada a la “Calle Real” (ahora Francisco Sosa), y conectaba las zonas de Coyoacán y San Ángel.

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Bajo este soberbio puente —que todavía existe al sur chilango—, se deslizan a diario las aguas del Río Magdalena, las cuales corren desde la Sierra de las Cruces hasta Río Churubusco. Asimismo, a un costado de este paso público se encuentra un pequeño nicho que anteriormente albergaba una escultura de San Antonio.

Y si te estás preguntando el origen del peculiar nombre de Panzacola, te contamos que hace referencia a la abundancia de lagartos que antiguamente vivían en toda esta zona de Coyoacán, según afirman varios relatos.

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La capilla y el puente, fuente de inspiración

Como te adelantábamos, este rincón del Valle de México también es famoso por inspirar a importantes artistas a lo largo de los siglos. Un ejemplo de ello es el pintor italiano Eugenio Landesio, quien retrató este esplendoroso sitio alrededor de 1861.

Además, su discípulo José María Velasco y otros aprendices realizaron varias pinturas de este mismo lugar a finales del siglo XIX. Es por ello que hasta la fecha podemos contemplar diversos cuadros sobre la capilla y el puente, especialmente en las colecciones del Museo Nacional de Arte y del Museo Soumaya.

Por otra parte, los escritores mexicanos Manuel Payno (en la novela Los bandidos de Río Frío) y Salvador Novo (en su Guía de la Ciudad de México) dedicaron algunas líneas de sus obras a describir el paisaje que ofrecían tanto la capilla como el Puente del Altillo (ahora llamado Puente de Panzacola).

Finalmente, también corre la leyenda de que Juventino Rosas se inspiró en la armonía de esta zona del Río Magdalena para componer su afamado vals Sobre las olas. Sin embargo, otros relatos sugieren que en realidad lo escribió en lo que ahora corresponde a Cuautepec de Madero, al norte de la capital, así que no existe consenso al respecto.

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Otros datos de la capilla de Panzacola

Aunque este pequeño recinto religioso saluda diariamente a miles de transeúntes de la avenida Universidad, lo cierto es que pocas veces se encuentra abierta al público por las tardes. Durante las misas y otras ceremonias religiosas, es posible entrar a la capilla y contemplar su retablo de madera dorada realizado en el siglo XVIII.

En el interior de este espacio también podrás contemplar un Cristo Crucificado de manufactura indígena, procedente del siglo XVIII. Además, hay algunos óleos que adornan sus blancas paredes, probablemente realizados por Francisco Antonio Vallejo.

En lo concerniente a la fachada, la Capilla posee un estilo barroco sobrio, un relieve frontal con la figura de San Antonio, dos coloridos campanarios y un par de pilastras dóricas que sostienen la parte del coro.

Por su destacada construcción y su antigüedad, la capilla de San Antonio Panzacola fue declarada monumento nacional en 1932. También fue dignificada por la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México y actualmente pertenece a la parroquia de San Juan Bautista de Coyoacán.

¿Ya conocías este lugar? Si no lo has hecho, lánzate a recorrerlo en Avenida Universidad 1686, Santa Catarina, Coyoacán. Para que sigas conociendo más lugares emblemáticos de la capital, te recomendamos echarle un ojo a: Museo de El Carmen, el enigmático recinto con momias de la CDMX.