Zoot Suit

Por: Julieta Sánchez

De tacuche y sombrero se visten los actores de la Compañía Nacional de Teatro para escenificar Zoot suit. No es la primera vez que lo hacen. La obra de Luis Valdez (original de 1973) ya se había presentado como parte del repertorio de la CND en una coproducción con Teatro UNAM en 2010 que dirigió el propio autor y se repuso en 2013 en el Teatro de la Ciudad.

Ahora se presenta en el Teatro Julio Castillo bajo la dirección de Octavio Michel, quien sigue al pie de la letra este drama con dosis de humor negro y baile ambientando en los años cuarenta.

No se trata de un musical en estricto sentido, sino de “una obra con música” hablada en español pero con una buena cantidad de caló y spanglish.

El protagonista es Henry Reyna (Everardo Arzate), quien vive en la comunidad mexicana de Los Ángeles a principios de los años cuarenta, justo cuando se desata una ola de violencia entre pandillas rivales que es exacerbada por los periódicos locales. Entonces ocurre un asesinato en un lugar conocido como Sleepy Lagoon del cual Reyna y sus amigos –conocidos como la banda de la Calle 38– son acusados.

Valdez hizo una obra peculiar. Ocupa como una especie de narrador o hilo conductor al alter ego de Henry, un pachuco (Enrique Arreola, La dictadura perfecta) que viste pantalón bombacho y saco largo y sombrero para representar el “zoot suit”, es decir, el traje de pachuco perfecto. Este personaje, con el que solamente Henry puede interactuar, inyecta dosis de humor negro a las situaciones, enfatizando así el enfoque realista y analítico de la discriminación hacia los migrantes en California en 1942, pero que todavía es vigente.

Se aprecian sincronizadas coreografías, creadas por Lol-Beh Hernández Rodríguez, breves escenas que a ritmo de swing, boogie, mambo y hasta danzón complementan la narrativa. La música, integrada por canciones como “Mariguana boogie”, “Vamos a bailar”, es original de Lalo Guerrero (q.e.p.d.), padre de la música chicana.

La obra, que Valdez construyó como un himno a la identidad chicana, tiene buen ritmo a lo largo de sus más de dos horas de duración. Está dividida en dos actos; en el primero la carga está más hacia el thriller, mientras que en el segundo el enfoque es más social.

Mario Zarazúa, encargado de caracterización de personajes junto a Jerildy Bosch y Mayra Juárez, diseñadores de vestuario, nos trasladan a ese mundo utópico donde los pachucos se sentían libres con sus tacuches y sus salones de baile.

Como dato extra, Zoot suit fue la primera obra chicana en pisar los escenarios de Broadway en 1979, siendo todo un éxito. En 1981 fue llevada a la pantalla grande en forma de extraño musical con el actor Edward James Olmos.