noviembre, 2012

Detalles del evento
Por Paris Alejandro Salazar La grandeza de Yolanda Vargas Dulché para narrar historias y describir emociones la colocaron como una de las autoras más leídas en México, con tirajes y puntos
Detalles del evento
Por Paris Alejandro Salazar
La grandeza de Yolanda Vargas Dulché para narrar historias y describir emociones la colocaron como una de las autoras más leídas en México, con tirajes y puntos de rating que se contaban por millones cada semana durante casi 40 años, con historias y personajes que sabían distraer, emocionar, agradar y abrir los ojos ante la realidad, a veces humana, en otras cruel.
La muestra Yolanda Vargas Dulché. Contadora de historias es el reconocimiento a la mujer que llevó a varias generaciones del llanto a la risa, de la traición y la intriga a la lealtad y la franqueza, de la soledad al amor, a través de historietas que luego fueron trasladadas a las telenovelas, radionovelas y cine como “María Isabel”, “Yesenia”, “Rubí”, “Ladronzuela” y “El pecado de Oyuki”, las cuales marcaron una época y se convirtieron en clásicos de la cultura popular.
Ante la ausencia de la enseñanza sentimental y moral en las escuelas, las historietas, telenovelas y el cine se erigen como los grandes educadores del romance y el civismo. Los argumentos de Vargas Dulché atraparon a un pueblo lleno de dolor, necesitado de amor y que estaba en plena construcción tras una revuelta armada y una revolución.
Las páginas y las pantallas hablaron del amor y la decencia hasta cosificarlos y convertirlos en aspiraciones y guías para los lectores y las audiencias. Se enseñó que para amar y ser amado había que sufrir y resistir, que la flagelación era la puerta que llevaba a la felicidad y que la maldad siempre sería castigada.
Es justo reconocer que mucha gente aprendió a leer con estas historietas y se formaron nuevos lectores, estas fueron las aportaciones más saludables y rescatables de estos géneros.
Muchas historias hechas telenovelas lograron la internacionalización de Vargas Dulché, así también lo hizo el simpático Memín Pinguín, que llevó en 1985 al Ministerio de Educación de Filipinas a declararlo como lectura obligatoria en las escuelas, debido a que fomentaba “en los estudiantes el respeto hacia la familia y las instituciones”.
El suspenso y el ansia en las historias de Yolanda Vargas Dulché tocó los más altos niveles del poder en México. Basta con recordar el capítulo final de la telenovela Gabriel y Gabriela (1982), cuando no se logró ver el rostro del personaje con el que casó la protagonista, y que llevó al presidente Miguel de la Madrid a telefonear a Emilia Azcárraga Milmo para que le dijera la verdadera identidad del otro personaje.
El impacto y el apego de la gente por las historias hicieron que en 1970 el nombre Yesenia (la joven gitana creada por Vargas Dulché) aumentara en el Registro Civil en un 3000% (si, tres mil por ciento).
La exposición es una línea de tiempo que abarca los inicios de Yolanda Vargas Dulché, cuando cantó y formó un dueto “Rubia y Morena” con su hermana, con quien llegó a interpretar temas de Agustín Lara; así como su trabajo en periódico ESTO; su carrera como empresaria en la rama de las publicaciones con EDAR (Editorial Argumentos) y sus más de 60 creaciones editadas en México y muchas de ellas también en otros lugares del mundo, como Indonesia, China, Japón, Italia, Francia, Colombia y Estados Unidos.
Fotografías, videos, publicaciones, guiones, escenografías, vestuarios, artículos personales y de trabajo componen la exposición cargada de nostalgia para algunos y de novedades para otros. Personajes como Rubí, Yesenia, María Isabel, Oyuki, Memín Pinguín, Perlita (Ladronzuela), Alondra, Gabriel y Gabriela transportarán recuerdos a este presente, gracias al talento de Yolanda Vargas Dulchpe, quien marcó estilos, corrientes y gustos no sólo en las historietas, la radio y la televisión, también en el corazón y la vida del público que la disfrutaron con lágrimas y risas.
Horario
Noviembre 24 (Sábado) - Marzo 31 (Domingo)
Ubicación
Museo de Arte Popular
Revillagigedo Entre José Azueta y Luis Molla, esquina con Independencia



























