Vanguardia en México (1915-1940)

Por Carlos Tomasini

“Troka” era un enorme robot que, a través de la radio, enumeraba a los niños las ventajas de la tecnología. Fue tan exitoso que editaron un libro de sus aventuras y hasta tuvo su propio espectáculo musical.

No se trata de un tuitero geek con un programa en internet, sino del personaje de un androide creado en los años 30 por artistas mexicanos que pertenecían a un movimiento artístico conocido como la “Vanguardia”.

En los libros, las ilustraciones de este personaje remiten a la estética de la película Metrópolis o a los carteles propagandísticos de la Segunda Guerra Mundial. En los audios de algunos de sus programas de radio se escuchan las descripciones de maravillosas invenciones, como la de la máquina automática para hacer tortillas.

Este episodio de ciencia ficción forma parte de la exposición “Vanguardia en México: 1915-1940”, donde también se puede escuchar la música del espectáculo basado en ese personaje, compuesta por Silvestre Revueltas.

Pero eso no es todo lo que hay en esta muestra que se presenta en el Museo Nacional de Arte. Entre un centenar de pinturas, fotografías, grabados, dibujos y películas se puede conocer mejor esta época que marcó los inicios del arte tradicional mexicano posterior a la Revolución, que exhibe imágenes de progreso mezcladas con tradición y nacionalismo.

Se pueden encontrar obras de artistas que en ese entonces eran verdaderos jóvenes transgresores, como Rufino Tamayo, el Dr. Atl (Gerardo Murillo), Miguel Covarrubias, Carlos Mérida, Manuel Álvarez Bravo, Juan O’Gorman, Jorge González Camarena, María Izquierdo, José Clemente Orozco y Frida Kahlo.

El movimiento vanguardista buscaba un arte nuevo, que rompiera paradigmas y que fuera juvenil, entusiasta y palpitante, características que se inmortalizaron en un “manifiesto estridentista” (que también se presenta en esta exposición), que por cierto, terminaba con la irreverente frase “¡Viva el mole de Guajolote!”.

Hay pinturas creadas por autores como Diego Rivera, que estaban realizadas en el anverso y el reverso de un mismo caballete; fotos de artistas de la lente, como Guillermo Kahlo (el padre de Frida), que retrataban el progreso de la entonces creciente Ciudad de México, o una obra de David Alfaro Siqueiros, llamada “Ejercicio Óptico”, que se parece mucho al arte que predominaría en el diseño de finales de los años 60.

Otra pieza curiosa que puede apreciarse es un fragmento de la película “La Mancha de Sangre”, que durante años estuvo censurada porque contenía la escena de “una chica haciendo un streaptease ante un grupo de hombres que la miraban con lujuria” y que le parecerá muy fresa a cualquier persona actual que haya visto una película de ficheras.

En esta exposición, realizada en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, se demuestra que la irreverencia siempre ha estado presente en el arte, por lo que resulta entretenida y muy educativa.

Por la calidad de las obras que se exponen, la importancia del periodo artístico y los artistas que se reúnen, es una muestra que definitivamente debe verse y disfrutarse al máximo.