septiembre, 2014

Detalles del evento
Por Luis E. Pineda En días previos escribí sobre la importancia que tiene esta artista en el mundo del arte tanto por su trabajo, como por sus posturas. En dicho texto
Detalles del evento
Por Luis E. Pineda
En días previos escribí sobre la importancia que tiene esta artista en el mundo del arte tanto por su trabajo, como por sus posturas. En dicho texto pueden saber más de Yayoi [DEN CLIC AQUÍ PARA LEERLO], por lo que abordaré directamente la exposición y algunas de las obras que tiene.
Obsesión infinita es una retrospectiva que principalmente cubre la época temprana de Kusama, es decir desde sus inicios en Japón hasta 1973.
En las primeras salas se exponen las pinturas que hizo mientras vivía en Japón: en ellas ya podemos reconocer dos elementos que la marcarían de por vida: la repetición y la obsesión. Los lienzos muestran superficies de colores con formas abstractas en interesantes –o no– composiciones, pero al final siempre terminan siendo invadidas por los lunares. Incluso una fotografía de ella es plagada por éstos.
Se muestra su primera instalación en la que utilizó un cuarto completo: Walking on The Sea of Death. Protuberancias falomorfes (me estoy inventando el término para no decir “en forma de falos”) envueltas en tela forman una lancha con remos que también han sido invadidos por estos objetos. Está en el centro de la sala, inmóvil. Las paredes que la rodean son negras, pero algunas reproducciones fotográficas del elemento central las ocupan ordenadamente, en un patrón de repetición sencillo pero contundente (en la nota que menciono al principio decía que Yayoi es una precursora del pop art -sin realmente entrar en éste-: en este caso se le adelantó a Warhol tres años). Tanto la lancha como las imágenes son plateadas y brillantes. Nos recuerda la obsesión que la artista tiene por el reflejo.
Y el reflejo es el principal elemento que existe en Infinity Mirror Room – Phalli’s Field: un cuarto donde los espejos crean un infinito visual en la parte superior, mientras que a nuestros pies nos encontramos objetos falomorfos envueltos con el patrón distintivo de Kusama: tela blanca, lunares rojos.
Es una pieza que recomendaría experimentar a solas (aunque dudo que se pueda): la infinidad que crean los espejos hace que nos confrontemos con y reconozcamos la soledad en que vivimos, si no en el mundo, sí en este universo que Yayoi crea (después de todo ésa es nuestra condición más natural: la soledad).
En la sección de trabajos recientes se muestran muchas pinturas, pero una en especial llamó mi atención. La pieza en cuestión es fácil describirla: los colores principales son el verde y el negro. Con el primero se forman grandes círculos, mientras que el último pone lunares. ¿Qué es lo impresionante de esta pintura en especial? El efecto óptico que crea, en el que pareciera que el lienzo tuviera bajorrelieves, pero en realidad es plano y lo único que da esa impresión es el manejo de la pintura.
Por último, la gran atracción de la exposición: Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life. Cuando se entra y las luces comienzan a parpadear, parece que somos transportados a otro universo: visualmente es como estar en el espacio, pero vemos también nuestra figura presente en todos lados de la habitación. La obscuridad de la sala es más grande que nosotros, las luces lo remarcan y de nuevo nos enfrentamos frente al infinito universo que Kusama crea con reflejos, obscuridad-luz y nosotros como elemento central. (En el caso de ambas instalaciones les recomendaría no perder el tiempo tomándose fotos: mejor vivan la pieza, la experiencia les va a dejar un mejor recuerdo que la imagen).
Es una buena exposición, quizá no tan buena como se ha anunciado: en realidad no están los grandes trabajos de la artista (de todas formas no cabrían) aunque nos da una probadita que nos deja con buen sabor de boca, además la curaduría es muy buena.
Pero hay algo que me molesta sobremanera: el control tan estricto que se tiene sobre los visitantes. El recorrido sólo se puede hacer en una dirección y en las instalaciones no se puede permanecer más de 20 segundos: es absurdo, aunque por un lado lo entiendo. La exposición tendrá una gran afluencia porque se ha estado promocionando mucho y porque visualmente es espectacular. Va a vender.
Y me parece que esto contrasta con lo que trata la obra de Yayoi: la obsesión y la repetición. Si lo que hace posible sus trabajos es su locura –y la locura, retomando a Foucault, es aquello que escapa al control del poder, lo que escapa de la media–, el control al que se somete al espectador en el recorrido será una barrera para entrar en resonancia con Kusama.
Como platicaba con Philip Larratt-Smith, uno de los curadores de la exposición, es muy fácil frivolizar la obra de Yayoi y coincidimos en que es producto de nuestra era en lo que todo se torna en entretenimiento y se le da un tratamiento superficial. Pero, en este caso, también me parece algo bueno: al final, el arte de Kusama es seductor, sensual, y permite que cualquiera se pueda acercar a él sin mayor problema, atrae a todos.
Si alguna vez dijeron que no les gusta el arte contemporáneo, igual y esta exposición les hace cambiar de opinión.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=TDTLh0LwXTU&list=UUZHrwgOSIDEZp-rrahDoo9A]El acceso a la exposición se llevará a cabo en horarios predeterminados para agilizar la entrada del público. Se deberá comprar el boleto en la taquilla del museo, la cual estará abierta de martes a domingo desde las 9:00 horas. No habrá preventa para este horario regular, por lo que en caso de terminarse los boletos no se podrán comprar para días posteriores.
Visitas guiadas en horario extraordinario (preventa):
Martes y miércoles
9:00 a 10:00 horas
18:00 a 20:00 horas.
Los boletos para las visitas guiadas en horarios extraordinarios se podrán adquirir únicamente en preventa a través de Boletia a partir del 26 de septiembre de 2014.
Donativo: $200 por persona
*No habrá venta ni reservaciones en la taquilla del museo. Únicamente se podrán comprar los boletos a través del sitio web.
Horario
Septiembre 26 (Viernes) - Enero 18 (Domingo)
Ubicación
Museo Rufino Tamayo
Reforma 51 Esquina con Gandhi



























