febrero, 2012

Detalles del evento
Por Paris A. Salazar Rodríguez Sí los amorosos juegan a tatuar el humo y a no irse, los rebeldes juegan a tatuar cualquier superficie e incluso su propia piel para comunicar
Detalles del evento
Por Paris A. Salazar Rodríguez
Sí los amorosos juegan a tatuar el humo y a no irse, los rebeldes juegan a tatuar cualquier superficie e incluso su propia piel para comunicar un hecho vivido que ha dejado una marca permanente. Jerónimo López Ramírez alias el “Dr. Lakra” es un perturbador de cuerpos que juguetea con la aprobación y el estigma negativo del tatuaje en algunas culturas, para modificar un arquetipo social aceptado por una transgresión tétrica y en ocasiones risible.
A través de símbolos utilizados por culturas fetichistas y pandillas urbanas, Dr. Lakra les da una segunda piel a las imágenes acartonados de revistas, postales, posters, muñecos, películas y fotografías vintage encontradas en sus viajes por distintos países. En el camino logró transformarlas y darles otra existencia.
En la composición del mote “Dr. Lakra” están los detalles y las claves que constituyen su obra. El nombre de “doctor” (una profesión que convoca el respeto de la gente) le fue otorgado porque su equipo para tatuar lo cargaba en un maletín de médico. Y tomó “lacra” por el significado literal del diccionario de marca o señal, y la variación “lakra” por cómo se le dice a los delincuentes. Si se interpreta el nombre “Dr. Lakra” resulta una persona honorable que tiene marcas de delincuente. Su obra es una imagen formal intervenida y profanada con símbolos y formas, personajes tatuados.
El Dr. Lakra construyó otra personalidad e historia con cada trazo de tinta en la piel de papel, es así como bellas modelos de revistas de caballeros, luchadores enmascarados, diplomáticos e ídolos del cine pueden convertirse en sicarios del narcotráfico, integrantes de la Mara Salvatrucha (“mara” de marabunta, salva por “El Salvador” y “trucha” por astuto), guerreros maorí, monjes budistas. O llevar en sus cuerpos desamor, dolor, frustración, derrotar, alegrías, fantasmas, conquistas, sueños, demonios y más.
La elección de la forma y el contenido de un tatuaje va asociado con narrar un episodio trascendente en la vida, con comunicarse al interior de un grupo o simplemente con embellecer la primera piel. El Dr. Lakra retoma imágenes hipersexualizadas de mujeres y las mezcla con símbolos de la cultura maorí, tailandesa y filipina, como los patrones geométricos, el uso del tigre, el animal sagrado que brinda fuerza y protección, el dragón, que significa fuerza y sabiduría, entre otras formas.
Hay piezas vestidas con los códigos de La Mara: MS Barrio 18 y la MS 13, que significan pertenencia de la pandilla y una amenaza ante los rivales; como la lágrimas tatuadas debajo del ojo, que hacen referencia a los asesinatos cometidos, a la muerte de un amigo o al dolor causado a la madre: “Perdóname, madre mía, por mi vida loca” y “Por el barrio nací y por el barrio moriré”. También “los tres puntos locos”, en forma de pirámide: el hoyo (tumba), el hospital y el bote (cárcel).
Y sólo los jefes pueden tatuarse la cara y cabeza. Detalles que cuidó el artista.
En las intervenciones de tinta que realizó sobre diferentes superficies, el Dr. Lakra apuesta por modificar imágenes inocentes, finas y delicadas para provocar al espectador y señalar que las barreras entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, son frágiles y que todos pueden navegar de un lado a otro, ni todos son muy muy ni todos son tan tan.
Horario
Febrero 3 (Viernes) - Marzo 11 (Domingo)
Ubicación
Museo de la Ciudad de México
Pino Suárez 30