Día de hacerle el amor a la amistad

Un estudio revela que el sexo fortalece la relación entre cuates

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Conoces a Lore desde que tenían 15 años. Se iban a ver la tele a casa de ella, se lanzaban al cine y de repente se iban al parque que quedaba cerca de la escuela a comer esquites.

Ahora, pasados unos años, tú y Lore siguen siendo los mejores amigos. Un día los invitan a una fiesta de la facultad y se quedan platicando, como siempre, en una esquina de la casa. Ahora Lore no te parece la chavita enclenque que conociste cuando apenas te salía bigote. De hecho, la ves muy guapa y te preguntas por qué nunca tuvieron algo. 

Al término de la fiesta, le ensartas un beso y ella se comporta flojita y cooperando. Una cosa lleva a la otra y terminan en el hotel.

Al día siguiente te preguntas si esto va a fregar la amistad, pues la neta es que no quisieras perderla. Y lo peor: la echada de pata de anoche estuvo épica. O sea, Lore siempre te había contado que era buena en estas artes, pero ¿esto? Ah, canijo.

La novedad

Bueno, pues no hay por qué alarmarse. Un estudio realizado por la investigadora Heidi Reeder, de la Boise State University en Estados Unidos, reveló que en el 76 por ciento de los casos, la amistad se fortalece. Digamos que ya no hay nada que ocultar, así que para qué hacerle al cuento.

De hecho, el 50 por ciento comenzó una relación de pareja con su amigo/a e incluso muchas de ellas siguieron después de un tiempo. 

El debate

Este estudio abre el debate entre quienes consideran que al tener sexo con un amigo se fregó la cosa. De hecho, algunos consideran que es el principio de la destrucción masiva de una buena amistad. Esto se debe a que quizá no se expusieron las expectativas de los sucedido o considerar, de buenas a primeras, que terminarán siendo novios y vivirán felices para siempre.

Quizá el secreto radique en ello: hablar las cosas de forma frontal y si sólo resultó ser un encuentro sexual, dejarlo pasar. Pero si ambas personas involucran sentimientos, pues qué mejor que hacer de esto una bonita anécdota para contarla a sus nietecitos. Bueno, quizá no sea lo más prudente que se la cuenten.

Y en el peor de los casos, si sólo uno de los dos sintió maripositas en el estómago, podrían considerar que nada es imposible y que pueden conquistar a su amigo/a o dejar las cosas por la paz. Finalmente es mejor conservar a un amigo que perderlo por una falsa expectativa.

Y bueno, por último, cualquiera que sea la decisión que tomen, siempre pongan las cartas sobre la mesa. Además, quizá en una de esas se convierten en amigos con derechos y todos muy felices. Las posibilidades son infinitas.

¿Y ustedes han tenido un encuentro cercano con algún amigo/a?

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