Una desgracia, sólo ese adjetivo podría usarse para lo que ha ocurrido en Brasil y Australia por las lluvias recientes: El país carioca lleva 500 muertos, mientras que al gigante de Oceanía cuenta con 20 decesos.
Son las peores lluvias en ambos países en 40 años, y se ha declarado estado de emergencia inmediato en una gran parte de provincias. El agua no cesa y la necesidad de ayuda incrementa.
Para apoyar a los daminificados, Roger Federer y Rafael Nadal, los mejores tenistas del mundo, han jugado un partido amistoso.
Y estas tragedias continúan demostrando que una falta de política ecológica integral y coordinada es urgente para detener los estragos del calentamiento global.