En una época en la que el tráfico nos pone muyde malas, en la que nos la pasamos horas sentados frente a una computadora (y lo único que se ejercita es nuestro cerebro –ojalá– y nuestros dedos de las manos), en la que no tenemos dinero para la gasolina, ni entusiasmo para cambiar de micro a metro y viceversa… Como ciudadanos de estaestresanteépoca estamos en verdad agradecidos con el nuevo renacimiento de la bicicleta.
Y aunque siempre ha estado a nuestro alrededor, desde aquel1490 en que Leonardo da Vinci creó el Codex Atlanticus, estuvo olvidada durante mucho tiempo, sobre todo en lo que a vías para movernos sobre una baica se refiere.
Pero llegó la ecobici, y el mundo le hizo justicia a todas las bicicletas chilangas –exportadas y nacionales–. Y ahora no podemos vivir sin ella. Y buscamos cómo alcanzar la ciclopista y esperamos con ansia la llegada de los domingos en Reforma y nos gusta sentir el aire en la cara y pedalear. Y, sí, nos gusta que las bicis se hayan puesto de moda.