Una grieta recorre el edificio. El sismo del martes 19 de septiembre, el mismo que dejó dañados miles de edificios en la ciudad y derribó alrededor de 40, también afectó al Tribunal Superior de Justicia, en la calle Isabela la Católica, a unos pasos de donde cayó también el inmueble de Chimalpopoca y Bolívar.

«Está por caerse —dice una trabajadora de limpieza, con el uniforme gris y la preocupación estampada en su cara—. Si usted lo mira de este lado, vea, el edificio esta partido por la mitad».

La trabajadora pide no publicar su nombre. Tiene miedo. Ayer por la noche, a ella y otra decenas de empleadas de la empresa de limpieza Micmar, les llegó una notificación de parte de Migdalia García Arreola, Jefa de la Unidad de Intendencia del Tribunal: tenían que presentarse a trabajar al día siguiente del sismo. Y como las trabajadoras de limpieza están subcontratadas, el sindicato no pudo defenderlas cuando la empresa amenazó con descontarles la quincena entera si no ingresaban al edificio.

«Eso es chantaje —se queja otra de las trabajadoras—. Nosotras no queremos arriesgar nuestra vida. Trabajamos honradamente, por 98 pesos al día, siete horas. No es justo que nos hagan entrar aquí».

Todo esto pese a que el Consejo de la Judicatura, órgano supremo del Tribunal Superior de Justicia, emitió la resolución de que este día no sería laboral, pese a que el edificio presenta daños estructurales evidentes y a pesar de que las seis trabajadoras que ahora esperan en la puerta están aterradas.

Martín Mar Martínez, del Sindicato de Trabajadores del tribunal, confirma lo dicho: «Este día no es laborable: el Consejo de la Judicatura emitió la resolución. Pero en las empresas privadas sí pasan, es un sector privado, tienen una relación distinta con el tribunal. Intentamos defenderlos, decir que eso violaba los derechos laborales, pero no podemos hacer más».

En Sarah Bustemi

A unas cuadras del Tribunal, casi en la esquina de Isabela Católica con Lucas Alamán, otra escena similar tiene lugar el día viernes: «Una decena de personas empleadas de la diseñadora Sarah Bustani se encuentra en un edificio laborando de manera forzada a pesar de que Protección civil había clausurado el edificio por las condiciones inseguras del mismo, denunció la brigadista Ivón Ludinoff», publicó Agencia Proceso. Todo esto a menos de dos cuadras de donde dos decenas de trabajadores -quienes, se sospecha, trabajaban en condiciones similares- murieron aplastadas por un edificio.

En Telmex

Apenas habían pasado cinco horas desde el sismo, cuando los trabajadores subcontratados de las oficinas de Telmex en Avenida Parque Vía, en la Colonia Cuauhtémoc, recibieron el siguiente mensaje:

«Estimados colaboradores. Les informamos que hemos realizado una revisión de las estructuras de nuestros edificios e instalaciones. Hemos encontrado todo en orden por lo que las labores y servicios se mantienen, les pedimos informen a sus equipos de trabajo. Solicitamos brinden  tranquilidad y certeza al personal a su cargo».

Sin embargo, el sindicato de trabajadores de Telmex declaró que no había condiciones para ingresar al edificio. Pidió a todos los trabajadores salir hasta que se realizara un peritaje por parte de la UNAM y el Poli. Hasta el día de ayer había albañiles rellenando las cuarteaduras de los muros y no se permitía el acceso a nadie.

Un trabajador nos refiere que el tono con el que se dirigen hacia los empleados ha sido intimidatorio y que los empleados no sindicalizados fueron obligados a quedarse a trabajar.

«Nuestras instalaciones fueron valoradas por ingenieros estructuristas internos y externos, que cuentan con las certificaciones y permisos de las autoridades competentes —respondió la empresa ante la insistencia de los trabajadores de la falta de seguridad del inmueble—. También por un equipo de ingenieros enviado por la Secretaría de Protección Civil. Obtuvimos los peritajes necesarios para asegurar que los edificios del conjunto Parque Vía cuentan con las condiciones y garantías necesarias para continuar con las labores».

A pesar de esta aclaración, a los trabajadores no les parece ético que, luego de una tragedia así como la del sismo, se les obligue a trabajar en un edificio que, encima, presenta grietas severas.

Tras el sismo en el Búnker

Lo mismo ocurrió en el número 56 de la calle General Gabriel Hernández, aalonia Doctores, se ubica el inmueble conocido como el Búnker. Allí, la Procuraduría General de Justicia Capitalina, determinó que tras un par de dictámenes, «su inmueble era seguro para laborar. Mañana 21 de septiembre se reanudarán labores». Los trabajadores acudieron a trabajar, pero debido al mal estado de las instalaciones decidieron esta mañana hacer una protesta frente a las instalaciones