Sexy por accidente, la tercer película de la comediante Amy Schumer como protagonista llega a cines en una semana de estrenos menores. Por un lado había buenas expectativas porque Amy ha destacado por su particular humor –es directa, dice las cosas sin filtros y señala todo los estereotipos que deberíamos quitarnos como sociedad–. Por otro lado, corre el rumor de que lo mejor es no sucumbir ante sus repetitivos patrones? Entonces, ¿vale la pena verla? ¿Por qué?

Lo bueno de Sexy por accidente

Sexy por accidente

Amy Schumer (Renee) sigue siendo una actriz con talento sustancial para la comedia. Su interpretación de «una mujer frustrada que de pronto se percibe a sí misma como una belleza despampanante tras darse un golpe en la cabeza» vende muy bien la ilusión de una persona convencida de que su vida está por cambiar, todo gracias a ser estéticamente perfecta. Así debió sentirse Peña Nieto hace seis años cuando le dijeron: «Eres el candidato más guapo, ganarás de calle la elección y la gente te querrá durante tu mandato». Ajá.

El mensaje de la película es positivo: tú puedes triunfar siempre y cuando actúes con la confianza de alguien que ama la persona que es. De acuerdo, la protagonista se ama porque cree que es guapísima, y en realidad es más bien normalona, pero tampoco es como que esos golpes de ilusión sucedan mucho en la vida real, ¿sabes?

El cuadro actoral cumple en todos los roles. Busy Philipps, Aidy Bryant y Adrian Martinez están muy bien como los amigos normies de la protagonista, al igual que el amable interés romántico interpretado por Rory Scovel. Por el lado de la gente bonita destacan Emily Ratajkowski, Naomi Campbell y Lauren Hutton, encarnando la difícilmente empática postura de «los bonitos tampoco tienen todas ganadas».

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Lo malo de Sexy por accidente

Sexy por accidente

¿Recuerdas esa película donde alguien se da un gran golpe en la cabeza y a consecuencia cambia por completo y ya así se queda por los siglos de los siglos amén? No, porque esa película NO existe. Es un poco hartante el pasar los minutos a la espera de que Renee se revierta a su «estado original» tras otro inevitable traumatismo. Los guionistas/ directores (Abby Kohn y Marc Silverstein) se vieron más flojos que nuestros funcionarios públicos durante un Mundial de Futbol.

No hay un desarrollo de personaje para la protagonista. Bueno, en realidad para casi nadie, pero hubiéramos esperado algo de esmero en presentarnos a Renee como una persona de carne y hueso, con una cierta complejidad. Así como la escribieron se siente como la versión mansplained de la mujer moderna. «¡Odian sus cuerpos al comprarse ropa en una boutique, jo jo jo!». De ese nivel.

Schumer no está trabajando con material propio. De acuerdo, la comediante ha recibido críticas por la cuestionable práctica de copiar material a otros humoristas (en YouTube hay decenas de ejemplos), pero al menos hay que admitir que es mucho más graciosa cuando trabaja con diálogos que le son afines a cuando tiene que leer parlamentos inconsistentes y repetitivos. Ella se hizo famosa gracias al stand up y por escribir el guion de Esta chica es un desastre, ¿por qué no dejarla jugar sus cartas fuertes?

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Lo WTF de Sexy por accidente

Una máxima de la crítica afirma que si tienes que ponerle una voz graciosa a un personaje para que nos haga gracia, ese personaje está mal escrito. Esto aplica en cierto modo para el rol de Avery (Michelle Williams), la atractiva jefa de Renee en una firma internacional de cosméticos, quien luce espectacular pero habla como niña tonta para efectos humorísticos. Se siente más como un recurso sacado de la manga para justificar escenas dentro del inconsistente guion que como una necesidad narrativa.

La escena donde una Renee desbordada en autoconfianza decide competir en el concurso de camisetas mojadas de un bar, ante la mirada sorprendida de su acompañante, es un contrasentido enorme con respecto al mensaje del filme. ¿Se supone que debemos reírnos de que una chica con lonjas decida medirse en materia de atractivo físico contra mujeres que encarnan un modelo convencional de belleza? ¿No traiciona un poco la intención detrás del «quiérete a ti misma pues los demás te querrán y apreciarán en igual medida»? ¿Estoy mansplaineando otra vez? ¿Debo verme al espejo preguntándome «por qué eres así»?

El veredicto

Es la semana ideal para repetir alguna de tus favoritas en cartelera, para meterte a ver un documental o para darle una oportunidad a esa pequeña cinta independiente o a la peli extranjera cuyo póster te llamó la atención. Sexy por accidente debió ser extraviada por accidente, al menos eso nos permitiría imaginar que a lo mejor nos perdimos un mejor filme.

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