Uno de los sueños guajiros de todos los Chilangos es respirar aire más limpio, vivir en una ciudad sin tanto tránsito, y más amable para el uso de transporte público o alternativo como bicicleta o caminata.

Nuestra CDMX tiene cosas muy chidas, pero definitivamente esa es un área de oportunidad en la que, desde todos los niveles: público, privado y gobierno, podríamos aportar y mejorar.

¿Pero en realidad estamos listos para cumplir ese objetivo? O ¿qué es lo que nos falta para encaminarnos hacia una movilidad sustentable? Es lo que se planteó en uno de los páneles del Foro Travesías 2021 presentado por Audi, acerca del futuro de la movilidad, la sustentabilidad y los viajes.

Movilidad sustentable se refiere a trasladarse generando la menor cantidad de dióxido de carbono (CO2) que generan los combustibles, reduciendo el impacto hacia el medio ambiente, así como tener un sistema equitativo y que la sea accesible para toda la población.

Hay ciudades que sirven de ejemplo para encaminarse hacia este modelo, tales como Copenhague, París, Barcelona, o Bogotá. Pero de acuerdo con Verónica Ortíz, Directora de publicaciones del instituto para el transporte y políticas de desarrollo, estamos muy lejos de ser una ciudad sustentable, y aunque ha habido esfuerzos, aún no es suficiente ante la urgencia de la ciudad y del medio ambiente.

Explicó que el primer paso definitivo es crear infraestructura, y con ella, traería una cultura y cambio de chip para desplazarnos a través de otras opciones. Pero no habla de segundos pisos, o puentes elevados, sino generar y apostar por algo más sustentable: un transporte público verde y de calidad, ciclovías seguras, ampliar servicio de Ecobici hacia otras zonas, y crear mayor conexión con los pulmones verdes de la ciudad como el Ajusco y zonas donde podamos respirar aire fresco.

Miquel Adriá, arquitecto y director de la revista Arquine, opina parecido. Pero también se refiere a calidad de vida como parte de la sustentabilidad, ya que 6 millones de chilangos y mexiquenses pasan horas en camiones y combis altamente contaminantes, e inseguros. “No hay que olvidar que vivimos en una ciudad centralizada, esto obliga a las personas a desplazarse por mucho tiempo entre sus hogares y trabajos, lo ideal, sería también desarrollar las zonas marginadas hacia una urbanización pareja, para todos tener las mismas oportunidades y evitar esto”, explicó.

Sin embargo, no todo está perdido, la industria automotriz está haciendo su chamba. En su participación, Marco Alegría, periodista especializado en autos eléctricos, dijo que tampoco hay que culpar a los autos por sí mismos, ya que ante la deficiencia de transporte público, la mejor opción es tener un auto, y que mientras no exista un cambio en ello, no podremos avanzar hacia la sustentabilidad.

Agregó que no hay que ver a los coches como “malos” sino que es una industria que innova a muchos niveles, genera empleo, derrama económica y que propone con diseño e ingeniería. Además, algunas marcas están haciendo su chamba para mejorar, como Audi, quienes para 2050 fabricarán solamente coches eléctricos, y en los próximos años sacarán 10 modelos así, mientras, están trabajando en reducir la contaminación que generan los motores con combustión interna.

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El buen escenario es que los tres exponentes coinciden en que la pandemia derivó que como trabajadores y empleadores seamos más conscientes de que no es necesario estar desplazándose diariamente hacía el trabajo, en algunos casos, y que así podemos contaminar menos, ahorrarnos una lana y aprovechar mejor el tiempo.

¿Qué podemos hacer nosotros como ciudadanos?

La conclusión del panel fue que tener una ciudad sustentable depende de una modificación de planeación urbana a nivel sistémica, sin embargo, como habitantes podemos poner granito de arena siendo más conscientes —siempre y cuando esté en nuestras posibilidades, y tengamos una opción segura—, como caminar unas cuadras, usar una bicla, hacer comunidad con los traslados (compartir el coche, con los protocolos de seguridad sanitaria), pero sobre todo, participar en las decisiones gubernamentales y presionar para que se cumplan las políticas públicas sustentables de movilidad.