Pinal de Amoles es un paraíso natural ubicado a unas cinco horas de la ciudad. Abundante vegetación atravesada por ríos que parecen infinitos e imponentes cascadas. Un lugar fresco y húmedo que es resguardo en estos tiempos de búsqueda de lugares al aire libre.

Nota de la editora: en México estamos viviendo un repunte de casos de covid-19. Si vas a viajar, elige solo lugares al aire libre, mantén el distanciamiento social y usa el cubrebocas rigurosamente. Si tienes la oportunidad, ¡vacúnate!

A 4:30 hrs al norte de la CDMX se encuentra la entrada a la Sierra Gorda de Querétaro. El camino te llevará a través del pueblo mágico de Bernal; por cierto, si tienes tiempo visita la famosa Peña de Bernal o simplemente para ahí para disfrutar de un desayuno o comida antes de adentrarte montaña arriba.

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El Pueblo de Pinal de Amoles es fresco y húmedo. Nuestra sugerencia es que reserves con anticipación las opciones de hospedaje, pues suelen ser muy solicitadas entre junio y agosto. Una excelente opción es la Casa de los Cuatro Vientos, una cabaña con ubicación perfecta para recorrer varios atractivos turísticos.

Qué hacer en Pinal de Amoles

Tu primer destino se encuentra a 30 minutos del pueblo de Pinal de Amoles rumbo a Jalpan, se llama la Cascada el Chuveje y es la del menor recorrido con un amigable sendero de 4 km. Recorrerás la vereda del río hasta llegar a la caída de la cascada de casi 30 metros de alto.

Muy cerca de la cascada está el Río Escanela. Tomando la carretera de regreso a Pinal de Amoles te toparás con un camino de terracería para llegar a su acceso. La única forma de entrar al rio es acompañada por un guía registrado, normalmente tienes que esperar para avanzar en grupo de cinco personas, excepto si hay baja ocupación o deseas un recorrido privado cubriendo el costo del grupo.  

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El sendero por el rio es de 40 minutos. Atravesarás en varias ocasiones el caudal por lo que llevar zapatos para agua es recomendable. Los encargados del río colocan en temporada alta puentes flotantes no fijos para atravesar, pero aún así, tendrás que caminar entre piedras y el agua del rio.

El paseo es de los mejores en la Sierra Gorda. Parte del recorrido es atravesar el Cañón de la Angostura, donde las paredes que te rodean se ciernan a tu alrededor. Continuarás por debajo de una cascada de al menos 15 metros de altura. Y por fin, el Puente de Dios, una cueva llena de caídas de agua saliente de sus estalactitas. Podrás meterte dentro de la poza de la cueva si la corriente lo permite.

El destino final debe ser el Mirador de Cuatro Palos, es recomendable hacer una reservación en alguna de sus cabañas cercanas. Puede ser en las cabañas de barro Cuatro Palos. La experiencia es especial, sobre todo cuando antes del atardecer las nubes comienzan a descender a tu altura. Comienzas a ver como todo se va nublando lentamente; por fin, estás en las nubes, las puedes tocar y caminar entre ellas.

Al despertar, el sol comienza a disipar la neblina y una de las ventajas de estas cabañas es que cuenta con su propio mirador a un costado. Podrás admirar el amanecer tranquilamente con la vista hacia el cerro de la Media Luna. En la cabaña contigua se encuentra el comedor de Lupita atrás de las cabañas para brindarte energía suficiente para acudir al mirador. Tendrás que retomar el camino de terracería para llegar a la casa Ejidal de Cuatro Palos. Ahí está el registro para asignarte un guía que te acompañara hasta el mirador. Una caminata amigable por una brecha de casi 5 kilómetros. 

Y para el antojo: