Las leyendas urbanas y cuentos de terror espeluznantes abundan en la historia de nuestro país, son casi tan antiguos como su fundación. Existen relatos de La Llorona para llorar, reír y aventar, pero algunas leyendas urbanas que han sobrevivido al tiempo sí que dan mucho miedo.

Aunque el imaginario colectivo puede enriquecer las diferentes versiones de La Llorona y su leyenda -que se extiende por todo Latinoamérica-, hay algunos registros desde la época prehispánica, donde una misteriosa mujer iba lamentándose por las calles:

“Muchas veces y muchas noches, se oía una voz de mujer que a grandes voces lloraba y decía, anegándose con mucho llanto y grandes sollozos y suspiros: –¡Oh hijos míos! Del todo nos vamos ya a perder”, se puede leer la historia en este libro.

Este era uno de los presagios (según los cronistas de la Nueva España) que anunciaba la caída de la gran Tenochtitlán y el fin del reinado de Moctezuma. Años más tarde, en la Colonia, la leyenda de La Llorona tomarían nuevos aires:

“… Los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol… aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella… se le dio el nombre de “La Llorona”.

Este fragmento es una cita de José María Marroquí en el libro Las Calles de México de Luis González Obregón. En dicho compendio La Llorona asusta a los pobladores de la capital mexicana; se le ve llorar en la plaza principal (zona centro) para dirigir sus lamentos hasta las afueras y hundirse en el lago (Xochimilco).

Así nació uno de los relatos que han asustado a chicos y grandes por igual desde hace muchas generaciones, pero lo más interesante son los relatos y versiones de La Llorona (que puedes revisar en esta antología de la UAM) que los chilangos cuentan, van los más escalofriantes:

Relatos de la Llorona contados por jóvenes

Se tenían que quedar quietos porque si no se los llevaba la Llorona


“Esta historia me la contó mi prima. Sucede que cuando ella vivía en Izcalli, entre su colonia y la otra se atraviesa un canal. Dicen que a las once de la noche en ese lugar se escuchaba un chillido, y según los lugareños, se tenían que quedar quietos porque si no se los llevaba la Llorona”.

Gallardo A., UAMX (Izcalli).

El señor se dio cuenta de que la mujer no tenía pies y que iba flotando


“Mi abuelita me contaba que en la calle 2 de abril en el poblado de Los Reyes, La Paz, un señor conocido de ahí del pueblo iba caminando en la madrugada pero estaba muy borracho. Este señor se encontró con una hermosa mujer que traía puesto un vestido blanco y largo.

El señor le comenzó a decir piropos. La mujer sólo se quedó escuchando al señor y en el momento en que se retiraba, el señor se dio cuenta de que ella no tenía pies y que iba flotando. Fue tal la impresión del señor, que se volvió loco, y cuentan los del pueblo que lo tuvieron que internar en un manicomio”.


Alma Bertha G. R., UAMX (Los Reyes, La Paz, Estado de México).

Escucharon los gritos de sufrimiento de una mujer


Se trata de una pareja que caminaba por una calle de Cancún y oía, ya entrada la noche, los gritos de sufrimiento de una mujer. Todo empezó con el plan para dar una caminata en la noche por la ciudad. Arturo, el amigo
que me la contó salía a pasear con su novia por las calles de su casa.

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Arturo y Graciela andaban caminando por la SM 15, donde hay gran afluencia de jóvenes por la noche. Ambos se detuvieron en el kiosco que se encuentra al centro del parque a platicar, o al menos eso me dijo Arturo, cosaque no creo.

Cuando estaban entrados en la plática se asustaron porque escucharon los gritos de sufrimiento de una mujer. Se les hizo muy extraño, ya que era tan noche que era casi imposible que alguien anduviera por ahí. Al detener la plática y empezar a buscar a esa mujer para ver si en realidad alguien estaba en peligro, no encontraron nada.

Asustados, se fueron de ahí en el coche de Arturo y nadie volvió a hablar del tema porque si no, iba a parecer que mintieron o estaban ebrios, cosa que se cree mucho de la juventud de Cancún.


Rodrigo G., Tec de Monterrey (Cancún, Quintana Roo)

Relatos de La Llorona en la Ciudad de México

Estas son algunos relatos de la Llorona que seguro conoces de los barrios y colonias chilangas:

La Llorona en Mixcoac

Cuenta la leyenda urbana que una mujer, enferma de celos y rabia, acabó con la vida de sus pequeños en las orillas de río Mixcoac. Desde entonces su alma vaga llorando por sus hijos y sus almas perdidas. Se dice que en los alrededores del templo de Santo Domingo de Guzmán se puede escuchar un lamento…. ¡Ay, mis hijos!

La Llorona en el Centro

Otro de los relatos de la Llorona en nuestra ciudad, narra que los lamentos inician pasadas las 12:00, estos gritos provienen de una mujer mestiza que según dicen, ahogo a sus hijos en el antiguo Lago de Texcoco.

La mujer mestiza estaba enamorada de un acaudalado español con el que tuvo 3 hijos. En aquellos años, la gente dice, no estaba bien visto tener una amante. La mujer descubrió la traición de su amado y así decidió llevar a sus hijos al límite de Distrito Federal, para hundirse en el lago.

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