La comunidad LGBT continúa al pie del cañón en el seguimiento de la agenda de derechos. En el Día Internacional de la Bisexualidad visibilizamos los prejuicios más comunes que aún persisten en el tejido social y que son un obstáculo para todas y todos ejerzamos una sexualidad libre de estigmas.

¿Cuáles son los prejuicios más comunes contra la bisexualidad?

De acuerdo con un estudio de la CONAPRED sobre diversidad sexual estos prejuicios se derivan de un canon positivo de la heterosexualidad; además de la falsa correspondencia que debe existir entre la identidad de género y el sexo asignado en el nacimiento.

“Es una etapa, con el tiempo te vas a definir”

Este ha sido el prejuicio más común contra la bisexualidad. Sin embargo no solo lo ha emitido personas heterosexuales sino algunos miembros de la comunidad LGBT.

Esta declaración no solo desacredita la orientación sexual de la persona, también puede generar dudas acerca de su identidad que mermarán su desarrollo sexual y afectivo.

La CONAPRED señala que la categoría de la diversidad sexual es relativa puesto que está abierta al cambio y a la inclusión de nuevas identidades. Por otro lado menciona que esta percepción corresponde al momento histórico de la persona y a un contexto cultural específico.

Es decir, no hay una norma para ser bisexual o no. Cada persona está en la plena libertad de decidir qué tipo de relación emocional-afectiva-sexual establece con sus parejas.

“Las personas bisexuales son más promiscuas e infieles”

Este prejuicio se basa en la falacia de que una persona bisexual no puede mantener una pareja estable porque se sienten atraídos tanto por miembros de la comunidad LGBT como por heterosexuales. Por tanto, esta variedad de posibilidades sexoafectivas limitan un compromiso emocional. ¡Falso!

Temístocles Villanueva, diputado y defensor de derechos los derechos de la comunidad LGBT, menciona que “la bisexualidad es una condición humana y es igual de estable que cualquier otra orientación sexual”. Es decir, la atracción por personas de ambos sexos no está relacionado con la fidelidad.

Sin embargo, estos prejuicios no afectan en la misma magnitud a hombres y a mujeres.

De acuerdo con Elisa Coll, activista bisexual española, las mujeres bisexuales sufren más presión para acotarse a un paradigma de comportamiento que no rebase los límites que históricamente se ha asignado a su género.

Mientras que la promiscuidad en los hombres heterosexuales suele normalizarse y reforzarse a través de estereotipos como el del macho mujeriego, las mujeres deben mantener al margen este modelo de comportamiento, tanto en su rol heterosexual como en el bisexual.

“Si tienes una relación heterosexual por mucho tiempo, no eres bisexual”

La falsa idea de que una vez que las personas se denominan bisexuales deben mantener un “ritmo” de relaciones con ambos sexos para no encasillarse.

El estigma se afianza si las personas bisexuales mantienen relaciones duraderas con parejas heterosexuales u homosexuales. Inmediatamente el señalamiento se hace presente a través de la cancelación de la etiqueta “bisexual”.

Sin embargo, dicha fiscalización de las preferencias no tiene un sustento real sino un trasfondo de intolerancia y falsa “congruencia”, puesto que el prejuicio pareciera exigir que la atracción bisexual debiera ceñirse a un 50% por hombres y 50% por mujeres.

Actualmente se acepta la sexualidad más como un espectro cuya gama de preferencias es muy amplia y no se encajona en estereotipos medibles o asignados por cánones que atentan contra la identidad y libertad sexual.

“La bifobia no existe o está integrada en la homofobia”

De acuerdo al Diagnóstico Situacional realizado por la UAM en 2015 arrojó que el 59% de las mujeres bisexuales y el 50% de los hombres bisexuales se habían sentido discriminados por su orientación sexual, contra 76% de las mujeres trans y 69% de los hombres gay.

Las conclusiones del Diagnóstico apuntan a que las personas bisexuales frecuentemente ocultan su orientación sexual y afectiva para evitar estigmas y esquivar los prejuicios contra su preferencia.

Lo cierto es que la bifobia tiene menor visibilidad que la homofobia; sin embargo existe y debe incorporarse a la lucha dentro de la comunidad LGBT.

Aún queda mucho camino que recorrer para evitar que los prejuicios contra la bisexualidad se mantengan estáticos en la percepción de las poblaciones heterosexuales y LGBT.

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