En Playbuddy CDMX se dedican a crear figuritas inspiradas en oficios chilangos (y muchas cosas más). Si hoy fuera el “fin del mundo” y tuvieras que salvar a solo uno de tus oficios chilangos favoritos, ¿a cuál salvarías de su extinción? ¿Sería al panadero montado en su bicicleta con su enorme cesta de pan? ¿Al afilador de cuchillos con su silbato antiquísimo? ¿Al bolero, porque obvio necesitas tus botas bien lustradas para el Apocalipsis?

Lo mismo le preguntamos a Cat y Luis quienes, además de responder a esta pregunta, también nos contaron cómo reivindican los oficios chilangos en Playbuddy con figuritas llenas de corazón y nostalgia. Visitamos su taller y presenciamos el proceso creativo detrás de esta marca orgullosamente chilanga.

Antes de seguir leyendo, conoce al equipo de Playbuddy

Playbuddy está conformado por 2 modeladoras 3D, Sara y Diana, quienes crean estas piezas únicas desde cero; Manu es el diseñador de todo el arte visual como los stickers y gráficos. Alice, Karina y Elena se encargan de pintar las piezas y los pequeños accesorios ¡a mano!

Aquí hacen todo lo que sea necesario para “customizar” cada personaje. ¡Todo se hace a mano (y también con algo de ayuda de impresoras 3D)! Pero eso sí, con mucha alma de niño chilango interior.

Un, dos, tres por todos… ¡nuestros oficios chilangos!

Luis, el creador del proyecto Playbuddy, comentó: “salvaría al gasero ¡porque me choca bañarme con agua fría! ¡Y salvaría a todos los tamaleros chilangos! Más ahora que ya venden también chilaquiles, y si son verdes y aguaditos, mejor”. Mientras, Cat dice que, “salvaría a todas las personas que hacen garnachas, pero sobre todo ¡salvaría a todos los taqueros chilangos! Mi taco favorito es el de tripa”.

Luis y Cat además de ser amix, son compañeros de trabajo en Playbuddy y ambos cuentan que la vida cotidiana de esta ciudad chilanga los inspira todos los días a crear. Semanalmente publican en las redes sociales de Playbuddy 2 figuras inspiradas en personajes urbanos de esta caótica ciudad chilanga.

Y la cosa funciona así: alguien llega con una idea del personaje chilango que vio, luego todo el equipo piensa qué es lo que necesitan para crearlo, modelan en 3D todos los accesorios que ‘customizaràn’ su creación, imprimen las piezas, las pintan y por último las fotografían para que todos sus seguidores las vean. Y nada es sencillo: para poder armar a un personaje requieren de diferentes piezas recicladas, las cuales buscan incansablemente en tianguis y mercados.

Rescatamos las figuritas del tianguis y en lugar de que terminen en la basura las convertirnos en un artículo de colección. Todos los accesorios son ‘customizables’ impresos en resina o plástico, y no hay ninguna pieza igual a la anterior.

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Algo que distingue a Playbuddy también es que en sus publicaciones de redes sociales incluyen un dato relevante acerca de la historia detrás de cada uno de los oficios chilangos: del organillero, el panadero, el repartidor de agua, el del puesto de garnachitas, algún dato del distinguido pollero, o ¡del vendedor de tacos de canasta!

“Cuando hicimos al vendedor de los tacos de canasta obviamente mencionamos que los mejores tacos de canasta están en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en Ciudad Universitaria. ¡La mayoría de nuestros seguidores recordaron esos tacos!”, cuenta Luis quien es orgullosamente Puma.

Al nombrar cada oficio y reconocer su importancia, en Playbuddy honran a cada uno de estas actividades chilangas cuando cuentan las historias detrás de la marchante del puesto de garnachas, del tamalero presuroso ofertando sus guajolotas, o del taquero buena onda que siempre te da tu pilón o “el de prueba”.

Todas las veces que he comido en algún puesto callejero termino platicando con las personas que cocinan. De tanto ir a comer ahí, acabas por conocer sus historias personales. En México existe mucha estigmatización hacia el oficio de preparar comida y venderla en la calle. El hecho de que estén en un puesto callejero no significa que sean malos, flojos, tontos o sucios.

La motivación principal de esta marca es, como dice, “que la gente conozca lo que hay detrás de cada oficio y que conozcan todas esas historias al darles visibilidad. Si estos puestos callejeros desaparecieran lo padeceríamos todos”.

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Reivindicando oficios chilangos ‘customizando’ un oficio a la vez

Hace 3 años Luis decidió hacerle caso a su niño interior, ese niño a quien le regalaron siempre en Navidad una de esas famosas figuritas a las que les puedes quitar su pelito en forma de casco. Esas figuritas, que más bien son muñequitos sin codos, rodillas o deditos, inspiraron a Luis a crear la marca ‘Playbuddy’, orgullosamente cien por ciento chilanga, dedicada por completo a “customizar” los oficios preferidos de los chilangos.

Todo comenzó cuando un amigo me regaló el primer tomo del libro ‘La Aventura de la Historia’ de la otra marca famosa que realiza este tipo de figuritas. Con ese primer tomo me animé a completar la colección que tenía cuando era niño. Decidí “customizarlos” añadiendo accesorios en impresión 3D pintados a mano.

Cuenta Cat que una de las razones por las que ella se unió al equipo de Playbuddy fue por la pasión con la que Luis gestó el proyecto.

Nos inspiró la forma en cómo Luis transformaba cada pieza. Al principio recreó a cada uno de nosotros sus amigos, hasta que comenzamos a crear personajes nuevos inspirados en los personajes de la vida chilanga.

El corazón detrás de Playbuddy sigue latiendo, como nos cuentan Cat y Luis, para darles un lugar especial a todas las personas que realizan estos oficios y sobre todo, detallan, “nos motiva que se vean retratados con respeto y admiración”.

Esto comenzó como una terapia ocupacional nocturna para quitarme el estrés, ahora lo que me motiva es seguir aprendiendo de nuestros oficios. Ahora sé de dónde vienen los tacos de canasta, en qué año se creó la birria, de dónde vienen los organilleros o cuánto dinero genera la industria avícola en México. Los seguidores de esta marca de figuritas aseguran que Playbuddy es como una enciclopedia.

Las piezas más raras que se han customizado en Playbuddy

Dicen que en gustos se rompen géneros y en Playbuddy hay lugar para todos pues hay, desde quienes mandar a hacer una figurita igualita a algún familiar al que quieren recordar, hasta los que piden una figurita del presidente Andrés Manuel López Obrador, Hugo López Gatell, Marcelo Ebrard, de Marco Antonio Solís “El Buki” (con todo y su bigotazo y pelazo). o hasta una réplica del grupo “Los Temerarios”.

“Nos han pedido muchísimo a Hitler y a Benito Mussolini, ¡son muy populares! Aunque también nos escriben para contarnos cosas como: ‘Mi abuelo tenía un puesto de carnitas y se murió, me encantaría que hicieran un puesto parecido junto con la figurita de mi abuelo’”, cuenta Luis. 

Nos confiesa también que cuando han llegado pedidos de este tipo a Playbuddy, los clientes envían fotos de toda la familia llorando después de haber recibido sus figuritas porque son la viva imagen de sus seres queridos. También hay clientes de Estados Unidos que quieren hacer realidad los puestos de tacos y tortas de los que sus papás y mamás chilangos les contaron cuando eran niños. Y no compran sólo una vez sino que se convierten en clientes frecuentes que después buscan a Luis porque quieren enseñarle “su colección de Playbuddy”.

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Había una vez… una figurita inspirada en un “vendedor de pollitos”

En el taller de Playbuddy, Luis y Cat nos mostraron una pieza que ha causado polémica en redes sociales por su alto nivel de concientización: se trata del “vendedor de pollitos”, pieza inspirada en un pasaje de infancia de la memoria de Luis.

Cuando mi abuela murió, recordé todas las veces que al salir de la escuela siempre regresaba a casa con un cangrejo, un pato, un conejo, o un pollito. Recordé que tuve muchos pollitos pero siempre escogía los amarillos porque no me gustaban los de colores. Ya en Playbuddy me pregunté cómo es que pintan a los pollitos de colores. Cuando empecé a leer acerca del tema solo pude sentir dolor por estos animalitos. En Playbuddy también queremos crear consciencia con información.

playbuddy oficios chilangos

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¡Seguro hay un Playbuddy para ti!

¡Ahora ya sabes cómo rendirle homenaje a tu oficio chilango consentido! ¡Haciéndote de tu colección de Playbuddy! Además hay figuritas desde 300 pesos, 450 pesos o más, dependiendo del tamaño de la pieza que encargues y del grado de dificultad para “customizarla”. ¡Además envían a cualquier parte del mundo!

Lo mejor: cada Playbuddy viene en un empaque especial de celofán al estilo “juguete de barrio” para que se ponga todo más nostálgico. Y como diría Luis:

El que hizo su doctorado en Harvard tiene el mismo valor que la persona que hace los tacos. Siempre me pregunto, si me dieran a escoger entre esos dos… ¡salvaría al de los tacos definitivamente!.

¿Tú a qué oficio salvarías? Y si aún no sabes la respuesta a esa pregunta síguelos en sus redes sociales para inspirarte con más oficios chilangos. Los encuentras como Playbuddy CDMX tanto en Instagram como en Facebook.

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