La Navidad no sería la misma sin el árbol lleno de luces, los nacimientos, las posadas y las pastorelas. Seguro participaste en alguna en la primaria (cuando te tocó ser el borrego) o en la de la colonia. Pero ¿conoces el origen de las pastorelas mexicanas? 

Te contamos cómo llegó a la CDMX y cómo esta tradición se transformó con el paso de los años.

El origen de las pastorelas mexicanas: un acto de conquista

Quizás ahora las vemos como mera tertulia. Pero estas representaciones surgieron durante la colonia. En aquel entonces, las órdenes religiosas se dieron cuenta de que la población indígena honraba a sus dioses a través de diferentes manifestaciones artísticas, entre ellas algunas puestas en escena.

Los frailes agustinos y franciscanos se pusieron vivos y aprovecharon ese recurso para darle fuerza a la evangelización. Así nacieron los auto sacramentales, que son representaciones de pasajes bíblicos.

Sin embargo, algunos afirman que fue en 1527 cuando sucedió el origen de las pastorelas mexicanas. En ese año, en Cuernavaca, Morelos se escenificó La comedia de los Reyes.

Otros dicen que en realidad sucedió hasta 1530 cuando Fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la Nueva España, ordenó la realización de la Farsa de la Natividad Gozosa de Nuestro Salvador. Con ella se pretendía enseñar sobre el bien y el mal a toda la población de la capital.

La pastorela que lo cambió todo

Pero el origen de las pastorelas mexicanas no se quedó ahí. De acuerdo con Felipe Reyes Palacios, doctor en Letras Mexicanas por la UNAM, para la segunda década del siglo XIX estas ya eran todo un género diversificado.

Estaban la pastorela de teatro comercial, la de colegio, la de barrio y la indios. Sin embargo, hubo un parteaguas en 1817. En ese año, José Joaquín Fernández de Lizardi, conocido como “el pensador mexicano”, escribe su Pastorela en dos actos, que hasta 1877 sería rebautizada como La noche más venturosa.

Esta pieza es clave en el origen de las pastorelas mexicanas, pues es considerada como la primera en ser dramatizada profesionalmente. Además, Fernández de Lizardi integra varias tradiciones del pueblo en su narración.

Quedó tan marcada entre la sociedad chilanga que durante más de 35 años se ha presentado en el Atrio del Templo de San Francisco en la calle de Madero, en el Centro Histórico. Aunque también se han movido hacia la Plancha del Zócalo para tener más asistentes.

La otra tradicional pastorela chilanga

Si hablamos del origen de las pastorelas mexicanas y su evolución, también tenemos que mencionar a La tradicional pastorela mexicana de Rafael Pardo. Se presenta año con año de manera ininterrumpida desde hace más de 30 años en la CDMX.

Es una de las representaciones favoritas de los chilangos. Y es que la historia cuenta con la participación de más de 40 artistas. Además, se utilizan otros elementos tradicionales mexicanos como alebrijes y mojigangas (títeres gigantes que se utilizan en carnavales).

Y no solo eso, pues este evento generalmente incluye una procesión típica de las posadas, cena navideña, fuegos artificiales, y hasta una rifa de piñatas.

¿Y por qué nos siguen gustando las pastorelas?

Aunque el origen de las pastorelas mexicanas fue religioso, hoy en día son actos muy divertidos, irreverentes y para todas las edades. Hay algunas que son más pícaras y van dirigidas a los adultos; otras son infantiles y tienen hasta animales que hablan.

También suelen reflejar las costumbres y hasta modas de las localidades en las que se representan. Aunque algo es cierto, todas se encargan de representar tres elementos: el bien, el mal y la humanidad.

¿Y tú conocías el origen de las pastorelas mexicanas? ¿Has visto las tradicionales de la CDMX? ¿Cuál es tu favorita?

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