Cosas que todos hemos hecho en el Zócalo ¿quién no ha ido a dar “El Grito”? Aunque con su nueva transformación hasta en jardín se ha convertido, visitar la plaza mayor de la CDMX, con el fin de entretenerse, no necesariamente incluye la palabra “cultura” en la visita, es un obligado para los chilangos y los que lleguen.

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Repasemos algunos de las usos más frecuentes que los capitalinos, aunque lo nieguen, le damos a esta plaza —la segunda más grande del mundo— que fue inaugurada en 1524, con la lista de cosas que todos hemos hecho en el Zócalo. 

Cosas que todos hemos hecho en el Zócalo

Ir al mitote

Seamos honestos, la celebración por el 15 de septiembre, en el Zócalo, es el paraíso para los chilangos amantes de; los churros, los pambazos, el pozole y el mitote. Quién no ha gritado “Viva México, Cabro…” no ha vivido, con todo y bigotito falso.

Romper la dieta

Amamos las tlayudas (doraditas, pues), cemitas, elotes, esquites y demás chucherías que antes podías encontrar con facilidad en el Zócalo, ahora tendrás que acercarte al Templo Mayor, o bien, mirar entre la Catedral y Madero para darte un atracón, por menos de $50 pesitos.

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Ir por una limpia

Nuestros ancestros estaría orgullosos de ver cómo recibimos a los dioses por medio el copal, carbón, ruda, olmo, pirul y sábila que se usan para hacer esas limpias. Si eres buen observador sabrás que hay danzantes que además de continuar con nuestro legado prehispánico hacen limpias por menos de $300 (si no te ven la cara de gringo).

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Echar la copita

Aprovechando las fiestas nacionales (al menos hace unos años) no faltaba el listillo con la chela disfrazada de refresco, la anforita metida en la chamarra y hasta la bolsita transparente cargada de alcohol. Es una pena pero los conciertos masivos, las fiestas patrias y otros eventos eran más llevaderos hasta que la violencia nos rebasó. Recuerden siempre seguro nunca inseguro.

El recuerdito

Los amantes de lo mexicano, seguro tienen en casa, el bonito cenicero del Calendario Azteca, alguna replica de Tláloc o los Atlantes de Tula (de yeso, claro) que se podían adquirir en la zona (aún los venden fuera del Templo Mayor), también la pulsera de novedad para el niño y la niña, además del slime o las pelotas con mechones de papel brillante. ¡Qué fantasía!

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Luchar por tus derechos

No todo es risas y diversión, también sirve como centro de reunión para alzar la voz antes las injusticias, reclamar derecho y unirnos por causas que atañen la CDMX. Ha pasado y estamos muy seguros que seguirá pasando. ¿Qué otras cosas que todos hemos hecho en el Zócalo recuerdas?