En la Ciudad de México existe una calle donde los automóviles se descomponen sin razón alguna. En las redes sociales ya la han bautizado como “la calle maldita” o el “Triángulo de Guadalupe”. Y es que, desde hace un par de semanas, este lugar se hizo famoso gracias al fotógrafo Abraham Campos, quien a través de su cuenta de Instagram ha documentado cerca de 250 casos desde diciembre de 2014.

Algunos atribuyen este fenómeno a entes sobrenaturales, mientras que otros lo consideran una simple coincidencia o mala suerte, pero lo cierto es que no hay registro de otro lugar en la capital donde pase algo similar.

Triángulo de Guadalupe / Foto: Andrés Rangel

Se trata de la avenida Noé, casi esquina con Calzada de Guadalupe, a unos tres kilómetros de la Basílica, en la colonia Guadalupe Tepeyac.

“No hay un patrón de descomposturas, a veces es la batería o un calentón, llantas ponchadas o queda muerto por completo”, comenta Abraham, quien además de ser fotógrafo profesional es dueño de la pizzería Premium, ubicada en la calle Amalia, justo frente al lugar donde se detienen los vehículos. Gracias a esto ha logrado capturar cientos de casos que –en la mayoría– duran menos de 20 minutos, pues los automóviles vuelven a funcionar sin necesidad de realizar algún ajuste.

Chilango pudo constatar este misterioso fenómeno con una mujer que se detuvo para revisar su automóvil. Levantó su cofre e intentó encontrar la falla, pero, al no tener conocimientos de mecánica, optó por golpear con unas pinzas algunas partes del motor para saber si había alguna pieza o cable suelto. Luego abordó de nuevo el vehículo y lo arrancó como si no hubiera pasado nada. Al ser cuestionada sobre la falla, la mujer comentó que no tenía ni idea de por qué empezó a fallar. Todo esto sucedió en menos de un minuto.

Entre las muchas hipótesis que han sugerido, tanto de vecinos como usuarios en redes sociales, destacan las conjeturas religiosas debido a la –relativa– cercanía con la Basílica y la conexión de la avenida Noé con la Calzada de Guadalupe, la cual es una de las rutas más concurridas por los peregrinos católicos cada diciembre, mismos que consideran este camino como “santo”, pues se construyó en el siglo XVIII para unir el Centro Histórico con la Villa, como alternativa a la Calzada de los Misterios.

También sobresalen las hipótesis sobre eventualidades electromagnéticas provocadas por transformadores antiguos de electricidad o por las guías de los trolebuses. Incluso hay quienes sugieren que se debe a la radiación emitida desde un laboratorio de análisis clínicos, ubicado a unas calles del lugar.

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Hasta el momento se desconoce la fecha o el origen de este fenómeno en el Triángulo de Guadalupe, pero Abraham empezó a tomar las fotos desde 2014 con su celular, para subirlas a su cuenta de Instagram, @elfresirocker, dedicada únicamente a documentar estos casos.

“Se me ocurrió empezar a tomar fotos de esos vehículos ya que veo muchos a la semana. Siempre se detienen por aquí para revisarlos. Cuando abrí mi cuenta quise mostrar algo diferente, no como los demás que muestran su vida. Y fue así como decidí subir estas fotos misteriosas”, explicó Abraham, en entrevista con Chilango.

A escasos 30 metros del lugar en el que se descomponen los autos se encuentra el taller eléctrico automotriz “Génesis”, al cual mucha gente en redes sociales atribuye la principal causa por la que los vehículos se detienen precisamente en esa ubicación. Chilango verificó esta hipótesis con el dueño y los trabajadores de dicho lugar, pero todos negaron haber atendido a alguien por alguna situación similar. “Nunca hemos visto que se detengan los carros ahí, y mucho menos nos han venido a pedir ayuda”, comentó uno de los trabajadores.

El triángulo de Guadalupe / Foto: Andrés Rangel

En cambio, a Abraham hasta le piden agua para usarla como anticongelante o cables para pasar corriente. Al menos, es testigo de 10 casos por semana, pero no alcanza a capturar todas las fotos porque se encuentra ocupado atendiendo la pizzería. Incluso, ha visto motos, camiones, patrullas, tráilers, trolebuses y bicis que se detienen a revisar alguna falla.

Capturar el Triángulo de Guadalupe

Abraham procura que las fotos del Triángulo de Guadalupe contengan las siguientes reglas para ser verídicas: que tengan el cofre abierto o que sea visible la falla, que sean tomadas en el mismo punto (la esquina de la calle Amalia hasta la calle Alicia), que siempre contengan la misma perspectiva y el mismo filtro.

Las que no cumplen con estas reglas no las sube “porque la gente no las creería”, afirma, y recuerda que en una ocasión hasta le falló el celular (como se aprecia en la siguiente imagen).

El autor de estas imágenes –viralizadas en Twitter gracias a la cuenta @mondele0n– se dedica a tomar fotografías “clandestinas” de conciertos; sin embargo, confesó que hace siete años decidió poner la pizzería en lugar de ejercer su profesión formalmente en algún medio. Paradójicamente, ahora la gente lo está conociendo por sus fotos.

Abraham aclara que no se trata de un invento publicitario, como, dijo, se entiende en la nota del diario Récord, pues las bromas entre sus amigos surgieron luego del “boom” en las redes sociales, donde llamaron al fenómeno “Área 51 de la CDMX” o “Triángulo de las Bermudas chilango”, y lo asociaron con un capítulo de los Simpson en el que un centro comercial crea el mito de un ángel caído para atraer clientes.

Mientras tanto, Abraham invita a la gente a visitar la calle para que lo comprueben por sí mismos, como lo hizo Chilango y @Toni_Tormenta, un usuario de Twitter que el pasado viernes 19 de julio pudo presenciar una falla en mientras pasaba por “la calle maldita”.