César Casas Ferrer nunca pudo ser indiferente al sufrimiento y las penurias que sus amigas trans debían pasar para conseguir un trabajo. El empresario mexicano es gay, ha tenido acceso a una educación en el extranjero y muy variados oficios relacionados con la comunicación; sin embargo, sabe que ha sido privilegiado y que muchos integrantes de la comunidad LGBTTTI+ sufren discriminación, así nació su federación LGBTTTI.

Esta situación de desigualdad tejió un coraje intenso en su interior, que lo motivó a emprender el proyecto que pudiera generar oportunidades de acceso al empoderamiento económico de personas de su comunidad. Se dio cuenta que muchos de sus amigos y conocidos debían negar lo que son para ser aceptados en la sociedad y tener las mismas oportunidades que las personas heterosexuales.

De acuerdo con la encuesta Diversidad y Talento, que elaboró la Alianza por la Diversidad e Inclusión Laboral (ADIL) en mayo de este año, 54% de los mexicanos LGBTTTI+ oculta su orientación sexual o identidad de género por temor a la discriminación en sus espacios laborales. “Algunas personas nacemos con algún privilegio, otras no. Eso dicta cómo les va a ir en la vida, según las puertas que tengan abiertas” confesó César Casas.

Así que abrir puertas, derribar barreras y facilitar las contrataciones en empresas a personas diversas es el trabajo 24/7 de este emprendedor mexicano, que nació hace 37 años en Orizaba, Veracruz, estudió en España y hoy vive en la CDMX con la menor intención de moverse de aquí, pues, dice, esta es la ciudad en la que se pueden cambiar los derechos no sólo del país, también de América Latina, ya que muchas de las oficinas de empresas internacionales están en México.

¿Qué es la Federación LGBTTTI?

Para lograr su hazaña, César –quien asiste todos los años a las marchas de orgullo gay, pero reconoce que el amontonadero de gente no le gusta– fundó en 2014 la primera Federación Mexicana de Empresarios LGBT+ y diseñó un modelo de trabajo que contempla dos premisas: sensibilizar a las empresas y capacitar el talento diverso.

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Su organización sin fines de lucro está vinculada con mil 100 empresas mexicanas y 80 compañías con presencia en todo el mundo. Firmas como Google, Scotiabank, IBM, Cabify, Aeroméxico y hasta Doritos han adoptado el plan de cero discriminación en todos los niveles dentro de sus organigramas.

Para eliminar la discriminación, Casas Ferrer asegura que se debe empezar desde los procesos de contratación, que, dice, están plagados de lo que él llama “las barreras inconscientes”, es decir, prejuicios que el reclutador tiene a partir de la apariencia, procedencia, orientación y género del solicitante.

La manera en que César trabaja con el talento diverso tiene entre sus variantes una que destaca por su utilidad: la bolsa de trabajo en línea de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT (FMELGBT+).

En esta bolsa de la federación LGBTTTI cualquier persona puede registrarse y automáticamente entrar a un proceso de selección sin discriminación porque las empresas ya trabajaron previamente en mejorar su clima organizacional con herramientas de equidad de género, diversidad sexual y origen étnico.

“Lo ideal es que contraten a personas trans, embarazadas, inmigrantes sin papeles, refugiados de la violencia en sus países y a cualquier persona sin importar su apariencia física o situación jurídica”, explicó Casas Ferrer.

La discriminación causa pérdidas millonarias

En México, uno de cada diez casos de discriminación laboral, recibidos entre 2011 a 2017, tuvo como origen la orientación sexual o la identidad de género, según datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

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De acuerdo con la Federación LGBTTTI que lidera César Casas, la discriminación hacia la comunidad diversa sexualmente le cuesta a México 80 mil millones de dólares al año, lo que equivale a la suma del producto interno bruto de cinco estados del país.

A esto se suma la deserción en la educación de jóvenes con orientaciones sexuales diversas, quienes, debido a la discriminación en los espacios educativos, tienen la propensión más alta de abandono de estudios y una menor probabilidad de llegar a la universidad y obtener un título académico, situación que también genera pérdidas económicas.

Cambiando mentalidades

El reto de incluir a las comunidades diversas y vulnerables al mercado laboral es grande, reconoce el fundador de la FMELGBT+, pero no se siente solo contra el mundo, porque su federación pertenece a una red de cámaras de comercio que están homologadas en 24 países.

En el marco de la Conferencia Anual NGLCC (National Gay And Lesbian Chamber of Commerce) International Business & Leadership 2018 en Philadelphia, Estados Unidos, César recibió el premio a la mejor cámara de empresarios de la diversidad sexual por encima de Canadá, Uruguay e India.

“Hay mucho trabajo por hacer combatiendo el machismo, el racismo, clasismo y la discriminación, y no sólo en México, en todo el mundo se está luchando para cambiar mentalidades de personas que aprendieron a discriminar por educación o por odio”, explicó el activista de la federación LGBTTTI, que asegura que su trabajo apenas está comenzando.