Cuando vas en medio del tráfico de Viaducto seguro te da tiempo de imaginar qué hay dentro del cajón de concreto que ocupa gran parte de esta avenida: ¿Solo agua?, ¿agua sucia con uno que otro desecho?, ¿nada? (porque ya ni esa agua nos queda), ¿basura? o todas las anteriores. Lo que posiblemente no se te ocurrió es que un hombre vive en el drenaje de Viaducto.

Juan habita en una casa improvisada que él mismo hizo con cobijas, situada en la jardinera de esta vialidad. Pero no solo duerme entre el ruido de los autos; también se baña a cubetadas con el caudal del drenaje que corre dentro del cajón portador del drenaje.

En ocasiones duerme dentro del tubo, cuando este tiene un bajo nivel de drenaje: «Si llueve me tengo que salir, sé que en un rato el agua me cubrirá», declaró a Reforma.

Juan encontró una forma de obtener dinero utilizando el Viaducto, ya que recolecta las latas que diariamente llegan hasta el drenaje para después venderlas por kilo.

Un hombre vive en el drenaje de Viaducto, pero no siempre fue así

Pero ¿cómo fue que llegó a este lugar? Tras padecer problemas de alcoholismo, Juan se alejó de su familia hace 20 años y hasta hace unos días no sabía nada de ellos.

Después de que Reforma publicó su historia en mayo pasado, se reencontró con su hermana, quien había dejado de buscarlo porque lo creía muerto. «En 1998 dejamos de verlo, lo habíamos buscado hasta que lo vimos en el periódico», dijo su hermana.

Aunque su hermana le ofreció volver con ella a casa, Juan no aceptó y solo le pidió que le proporcionara su acta de nacimiento para poder tramitar una identificación y así conseguir un trabajo fijo.

«He ido al Metro a pedir trabajo de limpieza, pero me piden una credencial», dijo Juan.

Al hablar sobre su salud, Juan asegura que dejó de consumir alcohol hace muchos años y agrega: «estoy sano porque me baño con las aguas frías del Viaducto».

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