El dios de la lluvia no se la perdona ni al lugar que por años le ha dado albergue, las goteras en el Museo de Antropología van cobrando factura, afectando a algunas de las salas más importantes del recinto.

Aunque este es un problema que ha aquejado al museo desde julio de 2017, el sismo del 19 de septiembre y las lluvias torrenciales de los últimos meses agravaron el estado en el que se encuentran los 24 mil metros cuadrados de azotea del edificio.

“La crisis de las goteras en este museo comenzó a mediados de junio, tuvimos una lluvia bíblica y por todos lados salieron goteras que no existían”, dijo a Excélsior el director del espacio, Antonio Saborit.

Entre las áreas más afectadas están los costados poniente de los edificios norte y sur del MNA, donde se ubican las salas de etnografía, la Sala Mexica con sus imponentes monolitos y al menos el lado sur del edifico de gobierno, justo sobre la Biblioteca Nacional de Antropología.

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La última impermeabilización al edificio la realizaron hace 12 años, pero el problema se hizo mayor cuando trabajadores del recinto encontraron que debajo del revestimiento plástico había una capa geotextil, luego una lámina y debajo de todo eso hallaron una plasta de 15 centímetros que se había formado con las impermeabilizaciones que se fueron agregando en los últimos 40 años, la cual absorbió el agua de lluvia sin permitir su salida.

Pero por si no fuera suficiente, tras el sismo del 19s salieron a la luz algunas grietas en la losa del edificio.

Actualmente ya comenzaron los trabajos de reparación, la primera fase consiste en retirar todos los materiales del techo que se pusieron anteriormente, después sellarán las fisuras en la losa y pondrán un firme de concreto de cinco centímetros de espesor.

Las autoridades del museo creen que los trabajos de impermeabilización de las zonas más prioritarias terminarán en 2019, aunque seguirá faltando el resto del edificio de gobierno (que incluye el vestíbulo, el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún y la ex escuela de antropología).