¿Cuándo pasó?

En 1989. Después de 28 años de una Alemania dividida, en Oriental y Occidental, en Democrática y Federal, la RDA y la RFA, la capitalista y la comunista… El muro separaba políticamente al país que según construyó “el muro de la vergüenza” para evitar que el fascismo se instaurara en una Alemania que sufría los estragos de la Segunda Guerra Mundial.

¿Por qué nos da felicidad?

Mucha gente murió al intentar pasar el muro pues su abrupta construcción provocó la separación de familias y el descontento de los alemanes que no pudieron elegir de qué lado querían vivir.

Su caída fue un suceso inesperado que volvió a convertir a Alemania en una sola entidad, no más muertes, no más ausencias, significaba el fin de la era de terror y represión. El mundo lo celebró casi igual que los alemanes y lo vimos (la mayoría) por TV con un magnífico concierto de Roger Waters que rememoraba The Wall. Ayer el grupo irlandés U2 ofreció concierto gratuito al pueblo germano por este 20 aniversario, fue en Puerta de Brandeburgo y estuvo genial.

Sería mejor si

Ya no se construyeran más muros, como el de la frontera México-Estados Unidos y que aprendiéramos de la historia para no cometer los mismos errores.