¿Dónde fue?

En el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

¿En qué año?

Noviembre 2008.

¿Por qué estuvo tan padre?

Se trataba de una instalación que hizo Miguel Ventura, que emulaba un laberinto de ratones de laboratorio en el que una vez que se entraba descubrías un microcosmos de estética nazi, con suásticas por todos lados, retratos de oficiales de la gestapo y animales disecados, cómo crítica al totalitarismo. Alucinante y polémica, pero innegablemente maravillosa.